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Sin nombre, un paso para reconstruir

La trágica pérdida de su hijo dio génesis a la novela más reciente de piedad bonnett

-lo que no tiene nombre

Mauricio Vallejo Márquez
Suplemento 3000

La muerte siempre está presente. Si de algo tenemos la certeza es que todos vamos a morir. Desde el día de nuestra concepción hasta que llega con inminencia, click no hay verdad más rotunda, for sale ¿pero que sucede cuando no es esperada? ¿Cuando es lo que menos puedes imaginarte? De esa muerte nos habla el libro más reciente de Piedad Bonnet bajo el sello editorial de Alfaguara, donde esa muerte puede también convertirse en vida, en una explicación, así como el paso del duelo.
Bonnet camina erguida, no muestra en su andar que es la mujer que ha sufrido la pérdida de un hijo, va con la tranquilidad que una vida ordenada le da a una narradora que contienen en su ser toda la pasión de la poesía. Claro, en sus pasos se deduce que tiene la certeza de ser libre como una gitana para crear, así como disciplinada como una militar par tener sistema. Y como no sería así, si viaja mucho y necesita hasta dos años para elaborar una novela. La disciplina es la principal herramienta para mantenerse escribiendo.
“Escribo una columna en El Espectador y procuro ser muy cuidadosa, no dejar cabos sueltos que toda la información sea la correcta”, me dice. Porque además de escribir poesía y narrativa mantiene viva una columna semanal y da clases universitarias.
Y su columna, que aparece los sábados en El Espectador, es una de las más esperadas de este periódico, en el que también ha pasado la pluma de otro grande de las letras colombianas, el premio Novel que acaba de fallecer: Gabriel García Márquez.

Letras
Ella estudió para ser escritora, para conocer la literatura, y como muchos deseosos de incursiona en la vida literaria se licenció en Filosofía y Letras de la Universidad de los Andes, en donde se ha desempeñada como profesora por más de dos décadas, sin embargo fue hasta que los premios llegaron cuando lo creyó. Y que manera de creerlo, ahora su nombre es tan representativo de las letras colombianas que sus obras producen asombro y admiración, además de la voracidad por leerlas.
Y no sólo es en América, también en España su obra es leída y difundida.
“No hay pues mujer más sola,
más tristemente sola;
que la que quiere amar a un hombre triste”, escribió Bonnet.
Los anteriores son unos de sus versos que son epígrafes del poema La tristeza del mar cabe en un vaso de agua del libro Un invierno propio del poeta español Luis García Montero, quien dirige y publica en la editorial Visor, la misma editorial en la que ella publica en la colección Palabra de honor junto a los autores: Juan Gelman, Luis García Montero y otros. Bonnett también ha sido publicada por Alfaguara, editorial que ha editado su novela más reciente, lo que no tiene nombre, en la que la muerte es la que gesta toda la historia.
La trágica muerte de su hijo menor, Daniel. debía salir, mostrarse. Así surge esta novela en que la tristeza es parte de toda la historia, una historia que cuenta los pasos que va dando Daniel antes de su muerte cuando saltó de un edificio de cinco pisos, mientras su familia aguarda. Es un intento por explicar la situación, por digerirla y además para soportar el duelo que conlleva una separación tan trágica.
Bonnett considera que no era conveniente ocultar esta verdad, que la gente merecía una explicación de toda esta situación y por ello escribió el libro, para hablar de lo duro del suicidio, así como de la esquizofrenia, un mal que sufría su hijo ocho años antes de su muerte y la cual procuro mantener en secreto para evitar los malos comentarios o prejuicios que se tienen en la sociedad por este trastorno.
Y el libro también es una crítica para los profesionales de la salud mental, porque en muchos casos los pacientes no son observados con la atención que merecen:
“Mucha indolencia, mucha apatía, muchos padres que tienen problemas con sus hijos por depresión, esquizofrenia, trastornos de bipolaridad, luego de leer el libro han considerado que realmente están abandonados”, afirma Bonnett.
Daniel estudiaba una maestría en la Universidad de Columbia. Desde joven mostró inclinación por las artes plásticas, por ello incluso sus dibujos ilustran la novela y aparece un autorretrato suyo en la portada. Pero no sólo estudiaba arte, lo ejercía, su trabajo es muy interesante y merecedor de toda observación.
Piedad Bonnet presentó la novela durante la Feria del Libro de El Salvador FILCEN y el X Encuentro Iberoamericano de editores celebrado en Febrero.

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