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¿Qué significa el premio nobel por la paz para Colombia?

German Rosa, s.j.

El premio nobel por la paz del año 2016 ha sido otorgado al Presidente de la República de Colombia Juan Manuel Santos. Es un renocimiento al esfuerzo del pueblo colombiano en su lucha por terminar con el conflicto armado que comenzó hace más de 50 años y que ha costado la vida al menos a 220,000 colombianos y ha generado un número considerable de desplazados que serían cerca de seis millones de personas.

Es un mensaje claro del Comité Noruego que otorga este premio anualmente. Recoge el sentimiento del pueblo colombiano, líderes políticos, religiosos, personalidades nacionales e internacionales que abogan por construir un mundo más fraterno y sin violencia.

El mensaje es sencillo pero contundente: “Sí a la paz y No a la guerra”. El premio tiene un alcance universal al apostar por el diálogo y la concertación entre los distintos grupos implicados en el conflicto, pero sobre todo está orientado a pedir justicia para las víctimas que han sufrido tanto las causas de este conflicto como las consecuencias del mismo. No más víctimas de injusticias, de violencia ni de la confrontación armada. Sí al diálogo, a la justicia y a la reconciliación en Colombia.

El premio destaca que la ruta política emprendida por el gobierno de Colombia y las FARC al buscar acuerdos que lleven al fin de la confrontación armada, recoge el sentir sobre todo del pueblo colombiano y es el camino que se tiene que recorrer en la actual coyuntura histórica en el país. Tal como lo hemos vivido en Centroamérica, se está apostando por el cambio: de las armas a las urnas para lograr la justicia y también la reconciliación nacional. En definitiva, la entrega de este premio es un vigoroso estímulo para garantizar la seguridad ciudadana y la soberanía del Estado colombiano en su territorio.

Quienes se han opuesto a los acuerdos firmados también anhelan la paz. Lo importante ahora es que ellos al vencer en el plebiscito no frenen el diálogo y la concertación que se ha ido realizando entre las fuerzas en conflicto. Es de esperar más bien que busquen aclarar de manera bien definida el plan que se llevará a cabo para cerrar este capítulo y comenzar una nueva etapa de su propia histórica. La victoria del “No” en el plebiscito ha cuestionado aspectos importantes de los acuerdos de paz que se habían logrado hasta ese momento. Sorprendentemente, el resultado del plebiscito generó un movimiento que movilizó a todas las fuerzas políticas a garantizar acuerdos de paz para evitar la polarización social y lograr una paz duradera. Se trata ahora de profundizar la búsqueda de la justicia en contra de la injusticia que generó este conflicto armado desde hace más de cinco décadas, además de resolver otras nuevas formas de injusticias, y de sanar las heridas del pueblo colombiano.

El premio nobel de la paz también confirma la opción por la democracia del pueblo colombiano. Esto tiene un significado muy claro: no a las armas, más salud, más educación, más desarrollo humano y social. Alcanzar la paz es un sueño verdaderamente democrático. Muchas veces se nos presenta como una búsqueda de algo imposible. Sin embargo, como dice el poema del sueño imposible de Don Quijote de la Mancha, debemos muchas veces soñar con la paz aunque parezca una estrella inalcanzable:

“Con fe, lo imposible soñar

al mal, combatir sin temor

triunfar sobre el miedo invencible

en pie soportar el dolor.

Amar, la pureza sin par

buscar la verdad del error

vivir con los brazos abiertos

creer en un mundo mejor”.

(Miguel de Cervantes Saavedra)

De esta manera, Colombia ha comenzado la ruta que han seguido pueblos hermanos que han buscado la paz: Sudáfrica, El Salvador y Guatemala, Ruanda y los países de la ex – Yugoslavia. Y sin lugar a dudas seguirán muchos otros pueblos que quieren vivir una vida digna, por los cauces democráticos, para implantar la justicia y la convivencia social libre de la violencia.

Optar por el diálogo y la concertación es el camino que debemos seguir para lograr el sueño de la justicia, la paz y consolidar la democracia. El cese al fuego es condición fundamental para dar los pasos necesarios en el logro de la reconciliación nacional. Es el mensaje que nos queda de la concesión de este premio nobel 2016 a Colombia. Se logra más por la vía de la paz y de los acuerdos, que con la continuidad de una guerra que sólo trae como consecuencias el dolor, la destrucción y la muerte.

Solo de los que sueñan es la esperanza para lograr un mundo más humano y fraterno. Este es uno de los anhelos más noble de la humanidad. Así lo expresa Miguel de Cervantes Saavedra:

“Es mi ideal la estrella alcanzar

no importa cuán lejos, se pueda encontrar

luchar por el bien, sin dudar ni temer

y defender la virtud, aunque deba el infierno pisar.

Y yo sé que si logro ser fiel

a tan noble ideal

estará mi alma en paz al llegar

y de vivir el final.

Y será este mundo mejor

si hubo quien despreciando el dolor

combatió hasta el último aliento.

Con fe lo imposible soñar

y la estrella alcanzar”.

(Don Quijote de la Mancha)

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