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Poesía de Julieta Desmarás

Julieta Desmarás nació en Buenos Aires en 1982 pero vivió gran parte de su infancia y adolescencia en el sur argentino. Administra desde hace años su blog Del sur al Hormiguero (http://delashojasalhormiguero.blogspot.com.ar/) en el cual publica sus poemas y efemérides varias. Es además redactora de numerosas revistas de música y cultura. Su poesía ha sido incluida en diversas antologías nacionales e internacionales: España, order cialis Inglaterra, Estados Unidos e India. Publicó el poemario El río y su cajón (2014, Alción Editora).

Poema  inspirado por la pintura – ‘Habitación de hotel’ (1931) de Edward Hopper

Al borde de todo

Sentada, al borde de todo,

sobre un colchón resignado

a los resortes ajenos,

asusta presencia.

Su soledad no tiene fin

apunta a su espalda

y celebra el cuarto.

Es tarde y la luz de la noche está apagada.

Ni despojada piensa en el descanso.

De qué sirve ya desvalijarse.

Su soledad no tiene fin,

aureolada como una santa,

la hostiga.

Es tarde y la luz de la noche está apagada.

No hay ruido de heladera que arrope.

No hay poesía que calme.

 

El viaje

Ahora, que la luna está llena,

ansío que te quede de mí

el dulce sabor de las grosellas.

Ahora que, como si fuera poco,

el colectivo me refriega el Limay,

ansío

que la luna pare

y no apunte  hacia todo lo que falta.

 

Elena en sepia

Elena en su patio de Corrientes.

Elena en su mundito de luto,

lee al dorso de las plantas

tierra que calla.

Se siente en el aire cómo mueren los colores.

En medio de este silencio,

¿alguien levanta la mirada a lo que ya no crece?

Elena, de haber un camino que me lleve

bastaría.

 

Hospital.

Miró hacia la ventana, la única lágrima

sigue su orden hasta el cuello.

Un televisor juega con su rostro,

las formas resisten más que el silencio;

en su frente brilla un daño

inútil,

me mira, y silba.

JD 29 de noviembre, 2013.

 

El mes

Llegó mayo a las retamas.

Tus botas; el barro;

el tiempo.

Te habito.

-Quién piensa en la lluvia-.

En mayo, tus botas se detendrán,

irás por el acordeón,

por fin  tendré un refugio.

 

Merienda.

Voy a tomar un café, tal vez un té,

y espero no encontrarte en el fondo

ni siquiera en la borra de las tazas vacías.

Te quiero de porcelana,

junto a los juegos que no se tocan.

JD. Febrero 2012

 

Subiré el volumen real de las cosas

Vendrás a mi puerta

como un árbol serruchado.

Yo no te quiero así,

tormentoso.

Vendrás a mí

¿cómo encender leña mojada?

¿Por qué venir a taparme?

mi madre supo abrigarme

y siempre desperté.

Nunca fui Ofélica,

no hallarán perlas en mi cuerpo;

tal vez restos de un tiranosaurio rex,

una despedida reprimida,

y dos o tres carozos de aceituna.

Vendrás a mí

y subiré el volumen real de las cosas.

10 de mayo,2011.

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