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Poemas de Viaje al centro

Alexander Hernández (1987) es licenciado en Letras por la Universidad de El Salvador, there y actualmente egresado de la Maestría en Estudios de Cultura Centroamericana. En el 2013 obtuvo el premio único en los Juegos Florales de Zacatecoluca en la rama de poesía, con la obra: Viaje al centro del sueño. También fue ganador en ese mismo año del Certamen universitario “Justo juez de la noche” en la rama de cuento, con la obra: Leer en caso de emergencia.

En el 2015, la Editorial Universitaria le publicó la antología compartida de cuentos: El final del laberinto.

Actualmente trabaja en la Dirección Nacional de Investigaciones de Secultura en el área editorial.

 

Versos sueltos

A Nicanor Parra

Estoy agonizando en la tarde

Dime     qué es una araña sin patas

Himno de la tristeza es el invierno

La poesía es un orgasmo del alma

Siempre habla más quien entiende menos

Pobres poetas no saben amar

Sin sangre un corazón no es verdadero

Amor y odio nunca fueron divinos

A esta hora todo me asusta

El mayor vértigo es el silencio

En mi casa tengo atada a la muerte

Pobres poetas no saben amar

Yo siempre supe que no era mi padre

Los árboles también tienen escamas

En silencio viven todos los sueños

Nadie odia una mujer desnuda

Pobres poetas no saben amar

Quiero esconderme en una muchacha

La astucia nunca pasa de moda

El hombre es la criatura más triste

San Nicanor dijo    Al diablo con dios

Hay versos que nacen y mueren solos

Pobres poetas no saben amar

 

AG

Mis nervios

son diez caballos

atados entre sí

 

  Yegua vieja 

I

Tiembla la niña cansada de ocasos tropicales

tiene  inmensos ojos tibios de una guerra perdida

respira como los huracanes

y en su vientre guarda manzanas

ha conocido los cuatro horizontes de los viajes

a media noche sueña con alcanzar a su madre

y en sus patas se mezclan los caminos

II

Duerme niña que yo lloraré por los dos

convalece sin quejas junto al invierno

Como todo lo hermoso en el fondo eres triste

los pájaros ya no te despertarán en las mañanas

y los niños ya no te volverán a montar

no tengas miedo de dar el próximo salto

te prometo que será el último

III

Sin darte ninguna pista

adivinaste tantas veces mi camino

ahora te dejo seguir el tuyo

bonita    corre  hacia el final

para un héroe la muerte  jamás será derrota

mañana te sepultaré bajo el  árbol de guayabas

para que de tu cuerpo emane la alegría en frutas rosadas

 

Anochece

A   Tatianna Sosa

Anochece en las entrañas de mi celda

la luz se acaba como mi esperanza

en el fondo del abismo lloran los hombres desnudos

Quiero verte esta noche

y como un ciego buscar tu boca de niña

Quiero verte esta noche

para no equivocarme cuando te sueñe

Quiero besarte los ojos

para besar todo lo que has visto

Quiero que vengas

para  remendar mi tristeza

Quiero que vengas

para saber que dejaste

tu eterno pensar inconcluso

para demostrar

Que la matemática es tan exacta

que no sabe lo que significa una  rosa

 

Credo

Creo en el hombre todo poderoso

creador de las ciencias y las artes

creo en la poesía     una de sus  tantas hijas

que está en todas partes

encontrada

no creada de la misma naturaleza que el  poema

Creo en el verso sutil y corto

como llama perpetua

Creo en el infinito placer del silencio

en el origen de la sangre

en lo sagrado de nuestra palabra

en la perfección de los ojos

en la conquista de nuestros pulgares

Creo en nosotros

creadores de leyes

besos y signos

Hombres hijos de hombres

luz hecha luz

amor hecho amor    encarnado sólo en el hombre

Sentados no a la derecha ni a la izquierda

sino en el centro de nuestro universo y de nuestra razón

desde el principio hasta el fin

Amén.

Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.