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Observatorio, bienvenido

@arpassv

La Defensoría del Consumidor, la Dirección Nacional de Medicamentos y el Instituto para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU) anunciaron la semana pasada la instalación del “Observatorio de la Publicidad”. Dicha instancia tendrá como propósitos “monitorear, identificar, verificar y sancionar la publicidad que violente el marco legal de protección a las ciudadanas y ciudadanos”.

El Observatorio “verificará el pleno cumplimiento de la Ley de Protección al Consumidor, Ley de Medicamentos, Ley Especial para una Vida Libre de Violencia hacia las Mujeres y la Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación contra la Mujer”.

Para identificar contenidos que vulneren o incumplan disposiciones de las referidas normativas, el Observatorio implementará “un plan de verificación, de atención y respuesta a los avisos de infracción de las personas consumidoras que se consideren afectadas por mensajes publicitarios difundidos por cualquier medio gráfico o audiovisual”.

Las instituciones responsables del Observatorio monitorearán la publicidad en los diferentes medios de comunicación social en todo el país: prensa escrita, radio, televisión, vallas publicitarias, mupis, redes sociales como Twitter y Facebook, hojas volantes, etc.

También “atenderán y darán seguimiento a los avisos de infracción de la ciudadanía”, lo cual permitirá un monitoreo permanente de la publicidad y la realización de informes que ayuden a evitar la publicidad engañosa, sexista y discriminatoria. Además, efectuarán inspecciones o requerimientos de información para hacer estudios de casos de publicidad nociva.

La instalación del Observatorio de la Publicidad es un precedente importante en la urgente tarea de ejercer contraloría social sobre los medios. Los códigos éticos, el Ombudsman y las veedurías ciudadanas son mecanismos para evaluar los contenidos informativos, publicitarios y de entretenimiento.

La implementación de estos mecanismos de monitoreo y fiscalización obligaría a la autorregulación de las empresas publicitarias y mediáticas, las cuales -en su afán lucrativo- no tienen ningún escrúpulo para transmitir contenido perniciosos que atentan contra la salud, la dignidad y los derechos de la población, especialmente de mujeres, niñas, niños y adolescentes.

Así que bienvenido el Observatorio de la Publicidad. A éste deben seguir muchos otros observatorios que ayuden a evidenciar las vejaciones contra la población, cometidas por empresas del ámbito info-comunicacional que utilizan el discurso de la libertad de expresión para garantizar su impunidad.

Que así sea.

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