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@SilviaCoLatino
Carmen Campos luce un tocado blanco en su cabeza, en que reluce las siglas “COMADRES”, y fiel a Monseñor Oscar Arnulfo Romero llegó puntual a la Cripta de Catedral, donde descansan sus restos; ni sus 87 años o los estragos en su cuerpo por torturas recibidas son impedimento para acompañar la conmemoración del Trigésimo Séptimo Aniversario del Beato Mártir.
Palmas, cantos y reflexiones fueron parte de las actividades preparadas por la “La Comunidad Monseñor Romero de la Cripta de Catedral”, este 24 de marzo y que paralelamente celebra el “Día Internacional de la Verdad sobre Violaciones a Derechos Humanos y Dignidad de las Víctimas” designado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Recuerdo que llegábamos llenas de angustia como madres de nuestros hijos o hijas desaparecidos ante Monseñor Romero para que nos ayudara a averiguar dónde estaban, y el consejo que dio fue que nos uniéramos y que en una sola voz exigiéramos del gobierno la verdad sobre las personas desaparecidas y una respuesta para los asesinados. No podemos negarlo Monseñor Romero fue una luz de Dios en El Salvador”, reseñó.
Monseñor Romero “La Voz de los sin Voz” realizó una Pastoral a favor de las mayorías desposeídas en un contexto previo al conflicto civil que duró 12 años, y que culminó en enero de 1992, con la firma de los Acuerdos de Paz. Su vida tiene una relevancia a nivel internacional por su compromiso y entrega al Evangelio y la Iglesia Católica.
Monseñor Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980, cuando celebraba una misa en la Capilla del Hospital La Divina Providencia, del asesinato se identificado en el Informe de la Comisión de la Verdad, la autoría del fundador del partido ARENA, Roberto D´Abuisson que mandó a un comando de sicarios de la Guardia Nacional (GN).
“Es una oportunidad única celebrar este día y estar cerca de nuestro Beato”, dijo el Párroco de Catedral, Francisco Góngora al dar las palabras de bienvenida a los asistentes a las actividades de la Cripta de Catedral Metropolitana.
“Sabemos que Monseñor Romero vivió la vida de Jesucristo y al igual que él, entregó su vida por amor al prójimo. Y el Papa Francisco ha dicho que el martirio es una gracia, O sea, no solo es creer en Monseñor Romero, sino profundizar la fe en el Dios que predicó el Pastor Mártir eso es lo importante”, afirmó.
Amor a los pobres y predicar el Evangelio fueron las constantes en la pastoral de Monseñor Romero reconoció el Padre Góngora que agregó, debe ser el legado a preservar y también a imitar en la vida personal de la grey católica.
“Monseñor Romero ha dejado este caudal de amor y un pensamiento que independiente del curso del tiempo mantiene actualidad; por tanto les invitó a vivir con entera disposición más que ajetrearnos. Así como, lo hizo Monseñor Romero que se entregó a la Iglesia por amor a los pobres y Jesucristo, que es la única causa, que es el amor al Reino de Dios donde Monseñor Romero nos invita a todos y todas”, reafirmó.
