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Los policías honestos deben evitar manipulaciones

Aún y cuando la Constitución de la República establece en el artículo 221 que se prohíbe la huelga de los trabajadores públicos y municipales, diagnosis lo que abarca por supuesto a los policías nacionales civiles, treatment y que el Reglamento Disciplinario policial no les permite se organicen, somos fieles creyentes que algún grado de tolerancia hay que evidenciar, cuando se trata de velar por intereses laborales.

Lo que no se les puede permitir a los policías es que hagan acciones como las realizadas el pasado miércoles, cuando inclusive le faltaron el respeto a funcionarios, valiéndose de que sus rostros los cubrían con una pañoleta o con gorros pasamontañas. Incluso, lanzaron improperios contra el señor Presidente de la República.

El policía debe hacer prevalecer, esté o no esté uniformado, esté o no en servicio, que una de sus funciones es: “Mantener la paz interna, la tranquilidad, el orden y la seguridad pública”.

Dicha función, tras la marcha y luego su concentración frente a Casa Presidencial, fue violentada. Y es lamentable que quienes se dicen policías violenten las leyes, en este caso su propia ley.

Es cierto que los y las policía tienen muchas carencias, producto, entre otras circunstancias, de la difícil situación económica del país, por un lado, y, por el otro, porque los Gobierno anteriores a 2009, nunca se preocuparon por la policía.

A menudo se denuncia, por ejemplo, que los puestos policiales no son adecuados, y eso es cierto, pero no es responsabilidad de este Gobierno, no obstante, desde 2009 se están realizando acciones para mejorar tal situación.

De igual forma, en el Gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén se ha hecho un ingente esfuerzo por dotarlos de mejores instrumentos como radios de comunicación, chalecos, armas y vehículos. Las millonarias inversiones del Gobierno, en efecto, no solucionan todas las necesidades de la policía, pero son suficientes gestos para confiar en el Gobierno.

Pese al boicot de las empresas telefónicas y de la derecha en el país, se logró el impuesto a la telefonía, para destinarla a la seguridad, que incluye un bono para el policía, que no se ha hecho efectivo, porque no se había recogido todo lo pagado por la ciudadanía, y, porque, sin lugar a dudas, lleva algo de burocracia.

Ahora bien, que el bono no se haya entregado hasta la fecha no es porque el Gobierno se echó atrás en el ofrecimiento, ni mucho menos. Este retraso de menos de dos meses, ha sido la justificación de un grupo de policías, y de infiltrados seguramente, para protestar contra el Gobierno violentando su propia ley y reglamento, y mandando señales a la ciudadanía que la policía es “tan bochinchera” como cualquiera y que no reviste de ese carácter de respeto y confianza que debe provocar el  hombre de uniforme ante el ciudadano.

La actitud de varios policías o supuestos policías, más que solidaridad del ciudadano común, como los transportistas que se vieron en los serios congestionamientos, provocaron temor.

No descartamos, que los líderes, y quienes están detrás de ellos, lo que buscan es generar más temor de la policía, para echar al traste los esfuerzos comunitarios que prevalecen en la PNC.

Es necesario, insistimos, que los policías honestos no se presten a las manipulaciones, mucho menos a la agenda de desprestigio e inestabilidad que otros quieren arrastrar a la PNC.

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