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Cesar Villalona, economista. Foto Diario Co Latino

Sobre la propuesta de reforma de pensiones de la ANEP

Francisco Elías Valencia
@fe_valencia

La ANEP, a través de la autodenominada Iniciativa Ciudadana para las Pensiones, presentó una propuesta de reforma de pensiones que busca mantener, con algunos cambios, el actual sistema privado. Aunque, Villalona no duda en afirmar que las tres ideas planteadas en la campaña de la nueva reformas “son falsas, pero están diseñadas para confundir a la gente”. Sobre este tema conversamos con el economista César Villalona.

César, tenemos entendido que en el evento donde se presentó la propuesta, el presidente de la ANEP, Luis Cardenal, dijo que la misma no puede ser modificada porque es un todo integrado. ¿Qué opinas sobre eso?

Que es una actitud equivocada de la ANEP. Cualquier propuesta, sobre cualquier tema, debería ser susceptible de rechazo, aprobación o modificación. La palabra “propuesta” no significa mandato, sino insumo para la discusión. El documento que presentó la ANEP se llama “Propuesta de Solución a los retos del Sistema de Pensiones”. Pero en la introducción del resumen que se presentó se dice que la misma “permitiría mejorar y/o superar muchos de los problemas identificados en el diagnóstico, siempre que se apruebe integralmente”. Incluso, en una de las láminas que se presentaron en evento que mencionas aparece un candado, que significa “no se puede cambiar nada”.

O sea, o se toma o se deja, pero no se modifica

Así es. Y eso, que la ANEP dice que defiende la democracia. Imagínate si dijera que le gusta la dictadura. Tal vez la maniobra de la ANEP y ARENA consista en tratar de buscarle a la propuesta una mayoría simple en la Asamblea Legislativa, para provocar un posible veto presidencial y decir que el gobierno desestima una propuesta de la “sociedad civil” y no quiere resolver los problemas del sistema de pensiones.

La ANEP dice que la propuesta es el resultado de una consulta a la sociedad civil

En la introducción del documento se dice que las organizaciones que participaron en su elaboración (todas de la ANEP o aliadas de la ANEP), hicieron tres talleres con 50 personas. ¡Imagínate el nivel de participación!

Dicen que consultaron a organizaciones sindicales. Son organizaciones casi fantasmas, como quedó demostrado en las elecciones para las tripartitas del salario mínimo y del ISSS. También dicen que participaron “personas naturales”, o sea, “analistas independientes” de derecha o de ultraderecha. La “sociedad civil” que hizo la propuesta es la ANEP, FUSADES y ARENA.

¿Qué valoración tienes de los aspectos técnicos del documento?

La principal falla de la propuesta es que no aborda el Fideicomiso ni el desarrollo de un fondo de pensiones público y, por lo tanto, deja de lado el grave problema financiero que significa para el Estado pagar las pensiones de más de 90,000 personas jubiladas del sistema público. Al mantener intacto el actual sistema privado, la propuesta no aporta salidas al problema de la sostenibilidad financiera del sistema. Solo eso sería suficiente para declararla inviable.

Pero quiero comentar primero el punto sobre el diagnóstico. En el documento se reconoce, sin decirlo, que el sistema privado surgido en 1998 fracasó. Reconoce que la cobertura es del 24.7% de la PEA, o sea, casi la misma de 1998. Y cuando surgieron las AFP se dijo que la cobertura se ampliaría. También se reconoce que solo el 38% de la población cotizante cumple los requisitos para obtener una pensión.

En el diagnóstico también se admite que los cambios legales “acabaron perjudicando el sistema” y que el esquema de financiamiento mediante el FOP (Fideicomiso) ha endeudado mucho al Estado y “ha perjudicado la rentabilidad de los fondos” (por la fórmula de pago adoptada de los intereses). Aunque el documento no lo dice, esos cambios tuvieron el respaldo de quienes hacen la propuesta.

Incluso, el documento reconoce que “existen casos en los que la ausencia de cotizaciones está relacionada con incumplimientos o evasión de la obligación de retener y entregar las cotizaciones provisionales por parte de los empleadores”, vale decir de las empresas, muchas de ellas pertenecientes a la ANEP. Más adelante, en la parte de la propuesta, se habla de 100,000 personas que no cotizan en las AFP pero si en ISSS.

Entonces, hay sinceridad en reconocer el fracaso del sistema diseñado por los gobiernos de ARENA y apoyado por la ANEP y FUSADES

Sí. Pero el diagnóstico no es completo, pues faltó decir que no se cumplió la promesa que se hizo cuando surgieron las AFP, de garantizar pensiones dignas. Alrededor del 80% de las pensiones no son dignas. Tampoco se dice que los rendimientos comenzaron a bajar cuando inició la dolarización. Entre 2000 y 2006 cayeron de casi 13% a 6%. Y luego del Fideicomiso cayeron más.

Tampoco se señala que una buena parte de los fondos no se utilizan para financiar obras de desarrollo, como se prometió, sino para pagar pensiones de personas jubiladas del sistema público, que el sistema de capitalización se rompió con el Fideicomiso, con el agravante de que dicho Fideicomiso endeuda al Estado, y que el sistema no es sostenible debido a la poca cobertura, las bajas cotizaciones y la presión fiscal que genera.

Y es importante recalcar que los responsables del fracaso son los partidos de derecha que privatizaron el sistema y lo reformaron en los años posteriores. Y que todo lo que hizo la derecha gobernante contó con el apoyo de la ANEP, de FUSADES y todos los que hoy hacen esta propuesta.

Y en el capítulo sobre la propuesta, ¿qué se dice?

Se plantean tres componentes. El primero se titula: “mayor cobertura, más y mejores beneficios para el trabajador”:

Aunque se menciona la palabra cobertura, la reforma no propone nada para ampliarla. No hay medidas para incorporar al sector informal. Solo se dice que “existe una brecha entre el número de cotizantes del sistema de pensiones y los que cotizan al Régimen de Enfermedad, Maternidad y Riesgos Profesionales del ISSS, que ronda un número cercado de 100,000 personas”. Para eliminar la brecha se recomienda una base de datos única para elaborar las planillas de ambos regímenes. Pero la verdad es que para lograr eso no se necesita una reforma al sistema de pensiones, sino una decisión administrativa. El año pasado el Ministro de Hacienda hizo referencia a ese tema e incluso dijo que la brecha era mayor.

¿Y sobre los beneficios?

Uno de ellos consiste en que las personas que cotizan puedan  retirar hasta un 25% de sus ahorros cuando tengan más de 10 años cotizando, para resolver necesidades personales como el pago de primas para adquisición de viviendas, cesantía, cobertura de estudios o gastos por enfermedades. Sin embargo, el supuesto beneficio puede resultar un problema, pues en la propuesta se obliga a la persona “cuando cumpla la edad legal para acceder al beneficio de vejez”, o sea, cuando le llegue el momento de pensionarse, a reintegrar el anticipo “junto con la rentabilidad dejada de percibir”. Y si no lo reintegra todo, debe esperar entre 1 y 5 años para recibir la pensión, según sea el porcentaje reintegrado.

Eso significa que suben de hecho la edad  de jubilación

Correcto. Porque la gente que retire dinero tendrá que reponerlo. Y en muchos casos podría ocurrir, dados los bajos ingresos de la población, que quien haga el retiro no pueda reponerlo cuando le llegue el momento de pensionarse. Imagínate una persona que tenga, digamos, 20 años cotizando y retire 4,000 dólares para la prima de una vivienda. Cinco años después, si esa persona se jubila, tiene que reponer más de 4,000 dólares, porque hay que sumarles los rendimientos. ¿De dónde los sacará? Si se endeuda con un banco, entonces tendrá que destinar posiblemente la mayor parte de su pensión a pagar el préstamo del banco.

Si esa persona no puede reponer el dinero, tendrá que posponer su pensión. Como tú dices, en los hechos le aumentará su edad de jubilación. Ya me imagino la cantidad de personas con problemas para reponer el dinero que retiraron. Lo cierto es que para la mayoría de la gente, el retiro del anticipo significaría generarse un problema de pago futuro y tener una pensión menor. Además, el anticipo significa que las AFP tendrían menos fondos para financiar inversiones públicas o privadas.

¿Qué otros supuestos beneficios se plantean?

Para las personas que cumplen la edad biológica de jubilación, pero no los 25 años de cotización, se propone que no solo puedan retirar sus fondos acumulados, sino recibir un “beneficio económico temporal” o “permanente”, que es un “pago mensual de una suma de dinero con cargo a su cuenta individual de ahorro para pensiones”. Incluso, podría durar 20 años para quienes cotizaron más de 20 años (y menos de 25). El “supuesto beneficio” variaría según los años cotizados.

En realidad, todo eso es aparente, pues ¿qué monto mensual recibiría esa persona con el fondo acumulado? Una persona que se jubile hoy con un salario de 1,000 dólares recibe una pensión de entre 400 y 450 dólares mensuales (salvo si es del grupo optado).  Por ahí anda la tasa de reemplazo. Y esa pensión no le dura más de cuatro años. ¿Cómo, entonces, se le podría garantizar un beneficio de 20 años? ¿por qué monto?. La propuesta de la ANEP no conduce a un beneficio material sino sicológico.

Para esas mismas personas se propone un descuento del 7.8% de su “beneficio” para la seguridad social, o sea, que lo que le quedará al mes, en el ejemplo que puse, tal vez no llegue ni a 50 dólares.

Tengo entendido que para las personas con enfermedades graves y cumplan con los requisitos para pensionarse, se propone que no se les obligue a pensionarse y se les permita retirar todo su saldo

Sí. Esos casos no son frecuentes. Pero si la persona agota el fondo antes de fallecer se queda sin pensión. Tampoco habría pensión por sobrevivencia (cónyuge, hijos y padres dependientes).

¿Es verdad que la ANEP quiere ser parte de la Comisión de Riesgo de las inversiones de los fondos de pensiones?

Se propone incorporar a la ANEP y a una representación laboral y sacar al Ministerio de Hacienda. El garante último de las pensiones es el Estado. Meter a la ANEP a decidir sobre inversiones no es conveniente. Mucho menos si cuelan en la Comisión a sus aliados del sector laboral.

¿Y cómo ves la Reserva de Pensión Vitalicia (RPV), que es otro de los supuestos beneficios?

Se supone que es para financiar la pensión de quienes agoten sus fondos en las AFP y tengan que recibir la pensión mínima del Estado, de 207 dólares al mes, siempre que la pensión que reciba la persona de la RPV sea por lo menos el 75% de la que recibía y que sea mayor a la mínima que da el Estado. Este punto también se aborda en el componente de la sostenibilidad, que es el tercero de la propuesta.

Para decirlo con un ejemplo sencillo. Si una persona que pertenece al grupo de optados (el que se pasó de forma voluntaria a las AFP tras la privatización de 1998) tiene una pensión, digamos de 400 dólares, cuando se le acabe el fondo en la AFP, en vez de recibir la mínima del Estado recibiría de la RPV hasta un 75% de los 400 dólares, o sea, 300 dólares y de forma vitalicia. De esa manera, la persona no caería a la pensión mínima y el Estado tendría un alivio en sus finanzas. Pero eso no es cierto.

Para explicar esto, primero veamos cómo se crearía la RPV. Se propone subir la cotización de las personas y las empresas en 1 punto porcentual cada una. Actualmente, si una persona tiene un salario de 100 dólares al mes (es un ejemplo), la cotización equivale al 13% de ese salario, o sea, 13 dólares (6.25 salen del salario y 6.75 los pone la empresa). Pero como la AFP cobra una comisión de 17%, o sea, 2.20 dólares, de los cuales manda casi un dólar a las empresas de seguro, la cotización de la persona, o sea, el dinero que queda en su cuenta, baja de 13 a 10.80 dólares.

Alguien podría creer que la comisión que cobran las AFP es pequeña, pero no así, pues son muchos los millones de dólares que la población cotizante les aporta cada mes a esas empresas.

En la propuesta de la ANEP, la cotización subiría a 15%, o sea, 15 dólares si tomamos el ejemplo anterior. De ese dinero, la persona asalariada aportaría 7.25 y la empresa 7.75. Pero en la propuesta de la ANEP, 5 de los 15 dólares se trasladarían a la RPV, 2 serían la comisión que cobra la AFP y 8 quedarían en la cuenta de la persona cotizante. Eso significa que el rendimiento de los fondos en las AFP disminuiría, porque una parte de la cotización de la gente se trasladaría a la RPV. Dicha reserva también se nutriría del aporte del 3% de la pensión de los optados.

Entonces, a la gente se les descontará más de su salario y se les reducirán los fondos en las AFP, porque una parte de ellos iría a la RPV

Así es. Aunque no conocemos el posible flujo financiero del RPV, porque al momento de esta entrevista la propuesta definitiva no es pública, un ejercicio simple demuestra que no garantizará pensiones buenas ni vitalicias.

Veamos el caso del descuento del 3% sobre la pensión de los optados: Con el esquema de hoy, una persona optada que se jubile el año que viene y recibe una pensión de 400 dólares mensuales por 4 años, tiene que haber acumulado en la AFP alrededor de 19,000 durante su vida laboral.  Si se aprobara la propuesta de la ANEP y a esa persona se le descuenta de inmediato el 3% de esos 19,000, el monto para la RPV sería de 570 dólares. Pasados cuatro años, ese monto difícilmente se duplicaría con los rendimientos que obtenga, pero en caso de duplicarse o incluso triplicares (1,710 dólares), se agotaría en seis meses cuando a la persona se le agote el fondo en la AFP y pase a recibir, de la RPV, una pensión de 300 dólares (75% de los 400, como dice la propuesta).

Si una pensión de la AFP dura en la mayoría de los casos para mal vivir durante 4 años, peor será la que salga de la RPV, donde el fondo acumulado sería menor, pues la mayor parte de la cotización (8 de cada 15 dólares) estaría en la AFP y 5 de cada 15 en la RPV. Los otros 2 dólares son la comisión de la AFP. Naturalmente, lo que acabamos de hacer es un ejercicio que requiere mayor precisión, pero es un ejercicio justo.

Tal como está concebida la RPV, la misma sería muy pequeña. Además, con los bajos salarios actuales y la baja tasa de reemplazo (que no aumentaría con la propuesta), el 80% de la población seguiría recibiendo una pensión que apenas rondaría la mínima que da el Estado.

Entonces la RPV no resolvería nada

Eso creo, pues para alimentarla la población cotizante tendría que trasladar recursos de sus fondos en las AFP (lo que implica menos rendimientos y menos pensión de la AFP) y la gente jubilada tendría que poner un 3% de la pensión que estaría recibiendo. El resultado sería pensiones más bajas a cambio de, cuando se acabe la pensión en la AFP, recibir por un tiempito más una pensión superior a la mínima que da el Estado, pero que no llegaría a ser vitalicia, pues los recursos de la RPV no darán para eso.

¿Cuál es el segundo componente?

Se titula Mayor rentabilidad del ahorro personal.” Consiste en diversificar la colocación de los fondos de las AFP y quitarles restricciones a las inversiones en el exterior. También se plantea correr más riesgos con las inversiones en la búsqueda de mejorar los rendimientos. Y se sugiere que el gobierno pague tasa de interés de mercado por los certificados de inversión que les compran las AFP.

La inversión en el exterior podría (no es seguro) captar mejores intereses, pero no contribuye con el desarrollo nacional, que fue una de las promesas que se hicieron cuando se privatizó la administración de los fondos.

La propuesta no aborda el tema del Fideicomiso, donde está comprometido el 58% de los fondos, que el propio documento califica de “inversiones obligadas”. Por lo tanto, no es conveniente que del 42% restante se vayan fondos al exterior, sino que contribuyan a desarrollar la economía nacional.

Además, César la tasa de interés de mercado significaría casi duplicar los intereses actuales que paga el gobierno

Correcto, pues la tasa de mercado anda por encima del 6%. El impacto de esa medida en las finanzas públicas sería muy grande y anularía la supuesta propuesta de que el gobierno no pague pensiones mínimas a quienes se les agoten los fondos en las AFP. Para colmo, esto último, como ya vimos, no sería viable con la propuesta de la RPV.

¿Cuál es el tercer componente?

Se llama “Sostenibilidad de las pensiones”. La propuesta esencial es crear la RPV que ya vimos.

Otro aspecto que se plantea es crear un Comité Actuarial que evalúe los cambios en las expectativas de vida y las condiciones del mercado laboral, para “hacer recomendaciones para ajustar o mantener la edad de pensión, la tasa de cotización y otros parámetros del Sistema de Ahorro para Pensiones”.

En el proyecto de ley se dice que el Comité lo integrarían el Superintendente del Sistema Financiero, el Presidente del BCR, dos miembros designados por la gremial con “la máxima representación de la empresa privada”, o sea, de la ANEP, y dos representantes de los trabajadores “designados por la confederaciones y federaciones”.

La ANEP no solo propone crear el Comité, sino dominarlo con sus aliados del sector laboral, que actualmente tienen más confederaciones y federaciones que los sindicatos de izquierda, para que el Comité recomiende endurecer las condiciones de jubilación y elevar las cotizaciones de la población laboral. Esa es lo que realmente desea la ANEP.

En conclusión, César, estamos ante una propuesta sin fundamentos técnicos pero con una lógica política

Estoy de acuerdo contigo. La propuesta no incluye medidas para ampliar la cobertura ni para mejorar las pensiones, que son los dos problemas humanos del actual sistema. Al contrario, pretende subir las cotizaciones de la población trabajadora y crear una RPV con el aporte de 3% de las pensiones de las personas jubiladas y con el traslado de fondos de las cuentas que tienen las personas en las AFP.

La RPV no serviría para mejorar las pensiones ni para hacerlas vitalicias, pues se crearía con la aportación de la misma población trabajadora y pensionada y su monto sería mucho menor que el que manejan las AFP, que tampoco garantizan pensiones dignas ni vitalicias.

La propuesta no aborda lo del Fideicomiso ni el desarrollo de un fondo de pensiones público, fundamental para la sostenibilidad del sistema.

La propuesta aborda aspectos que podrían aparentar “atractivos” para la población, como el retiro voluntario de una parte de los fondos antes de la  jubilación, la supuesta pensión vitalicia por un monto superior al mínimo que da el Estado y el supuesto mayor rendimiento de los fondos. Las tres ideas son falsas, pero están diseñadas para confundir a la gente.

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