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La política salarial neoliberal debe cambiar por una política de salario social

Tomado de Carta Económica
www.cartaeconomica.com

La política salarial del Estado y las empresas ha estado marcada por mantener un salario mínimo real en proceso de creciente deterioro que disminuye la capacidad de compra, medical pharm ya que los incrementos nominales son muy inferiores al incremento de los precios que de manera predominante han experimentado los bienes que conforman la canasta alimentaria, healing la canasta de sobrevivencia y la canasta ampliada de mercado.

Fue en 2013 durante la gestión del expresidente Mauricio Funes que el Consejo Nacional del Salario Mínimo aprobó el último aumento que se le ha realizado al salario mínimo, el cual fue del  12% para todos los sectores. Dicho ajuste debería de realizarse en tres fases un incremento inmediato del 4 % en el salario mínimo (junio 2013), un 4 % el 1º de enero de 2014 y el restante 4 % el 1º de enero de 2015.

La lógica de la política salarial en el modelo ha sido pagar lo menos posible a los trabajadores para garantizar las altas ganancias del gran capital nacional y transnacional. Y tal como puede observarse en el cuadro siguiente el salario mínimo más alto es el de comercio y servicios que a mediados del 2013 era de 224.10 dólares y se incrementó a 251.7 dólares en 2015, el cual tuvo un aumento de apenas 27.6 dólares mensuales en los tres años, lo que significa que diariamente al trabajador se le incrementó su salario $0.65 centavos.

La situación es más precaria para los trabajadores de la agricultura los cuales entre el 2013 y el 2015 su salario mensual se incrementó 13.20 dólares, esto quiere decir que su salario diario se ha incrementado escasamente $0.44 centavos. Este breve análisis demuestra lo ridículo de la política salarial aprobada en el Gobierno de Funes, que sin duda siguió el patrón del Modelo Neoliberal como se lo demandaron los capitalistas nacionales y transnacionales.

Estos incrementos en los salarios y lo que representa para el bolsillo de la clase trabajadora beneficiada,  representan una burla al hambre de muchas familias que por desgracia tienen que ganar un salario mínimo.

Solamente basta revisar los datos de la canasta básica alimentaria para ver el deterioro que han sufrido las familias salvadoreñas en cuanto a la adquisición de los alimentos se refiere, ya que para los que viven  en las zonas urbanas los alimentos incrementaron en $27.55 dólares, mientras que para las familias del campo los alimentos se encarecieron en $12.78 dólares. Queda claro que el incremento al salario mínimo realizado solo ha servido para cubrir el incremento en la canasta básica alimentaria.

En el cuadro siguiente se ha establecido la relación entre el salario mínimo y el costo de la Canasta Básica Alimentaria. Lo que demuestra que la población que tiene trabajo y recibe los salarios mínimos, según los datos oficiales (2013) que se presentan   1,511,144.00 personas que estaban registradas en las AFP como activas, de éstas 673,294.00 personas devengaban un salario menor o igual a los $242.00, es decir el salario mínimo de ese año en el Sector Comercio y Servicios, así el 45% de los asalariados,  definidos como formales, escasamente lograban cubrir la Canasta Básica Alimentaria y carecían de los servicios básicos y otros bienes esenciales como el vestido, etc., salariales que apenas les cubren los alimentos, esto en el caso de los que trabajan en los sectores de Comercio y Servicios que es el salario más alto, así como la industria y la maquila que casi destina todo su salario para cubrir el gasto en alimentación.

La realidad es mucho más crítica para la población rural, la cual no se encuentra reflejada en las estadísticas de asalariados fijos y temporales que registran las AFPs, quienes se encuentran en situación de miseria, porque el salario sólo cubre el 80% del costo de la CBA, lo que significa que el trabajador rural ni con todo su salario alcanza a tener acceso a una alimentación necesaria para sobrevivir fisiológicamente hablando en términos nutreico-calóricos y mucho menos para cubrir los servicios básicos.

En este contexto el gobierno ha recibido diversas propuestas para un nuevo incremento al salario mínimo por parte de las organizaciones laborales, sindicales, empresa privada y ciudadanía en general para mejorar el salario de los trabajadores.

Hasta el viernes 18 de diciembre el Ministerio de Trabajo había recibido aproximadamente once propuestas dentro de las cuales está la del Gobierno, la de organizaciones como MIPYMES, las CSTS, ANEP, CDC, MUSYGES, entre otras, para iniciar en el 2016 el debate en defensa de dichas propuestas, con ello se busca que a mediados del próximo año se tenga una propuesta salarial que llene las expectativas de la clase trabajadora.

Es importante analizar algunas de las propuestas y su posible impacto en la economía de las familias salvadoreñas. Una de ellas es la propuesta presentada por la cúpula empresarial de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), que  consiste en un aumento general del 3% para 2016, otro porcentaje similar en 2017 y otro igual en 2018 para sumar 9% en un período de tres años.

Como puede observarse esta propuesta es de nuevo una burla para los trabajadores de los diferentes sectores ya que de aprobarse la propuesta de la ANEP el incremento al salario mínimo en los próximos tres años quedaría de la siguiente manera: el salario mínimo en el sector comercio y servicios que se paga en la actualidad que es de $251.70 subiría  $23.3; Industria que tiene un salario de $246.60 mensuales subiría $22.9; mientras que textil y confección de $210.90 mensuales tendría un incremento de $19.6.

Dicha cantidad no resuelve en nada los problemas económicos de las familias salvadoreñas porque al final de los tres años proyectados según la propuesta de la ANEP, el salario diario para los trabajadores del comercio y la industria apenas se habría incrementado en $0.78 centavos para el año 2018 en relación al salario del año 2015, para la maquila $0.65 centavos y para los trabajadores agrícolas tendrían un incremento diario de $0.37  centavos, a ningunos de los sectores asalariados les alcanza  ni para una libra de frijoles, ni digamos para cubrir problemas de salud, transporte, agua, energía eléctrica, vivienda, vestido, etc.

Este tipo de propuestas no resuelve la situación de los trabajadores y dichos salarios los mantiene en condiciones precarias porque prácticamente algunos sectores ganan sólo para cubrir sus gastos en alimentación y como se mencionó anteriormente la peor parte se la llevan los trabajadores de la agricultura que con su salario no logran cubrir ni la CBA.

Lo que se genera con este tipo de propuestas es seguir alimentando una enorme explotación y desigualdad entre el tiempo y esfuerzo que el trabajador entrega  en contra posición a la poca remuneración económica que recibe, que apenas le alcanza para comer y no le permite tener acceso a los servicios básicos como salud, educación, agua, luz, etc. Tal como se demuestra a continuación:

Con la propuesta de la ANEP escasamente se cubre el gasto de alimentación excepto los trabajadores agrícolas que solo cubrirían el 82%, es decir, se mantienen en la miseria o desnutrición, debido a que los campesinos no andan desnudos, descalzos, usan algún tipo de energía, una choza de adobe, madera, plástico, etc., en concreto no pueden dedicar todo su ingreso solo a comer. Si por otra parte relacionamos los salarios propuestos por la ANEP con la canasta de sobrevivencia la situación cambia, dado que ningún trabajador que reciba el salario mínimo cubre la canasta de sobrevivencia, es más, nadie logra cubrir ni la mitad de dicha canasta. Y la brecha es mucho mayor cuando la relación se realiza con la canasta ampliada de mercado, la cual  no se alcanzaría a cubrir ni en la tercera parte, por ejemplo la maquila necesitaría que la familia tuviera cuatro empleos  fijos para tener cuatro salarios mínimos y así lograr cubrirla y los trabajadores de la agricultura necesitan siete salarios para poder tener acceso a dicha canasta.

Es indignante que un salvadoreño tenga que trabajar hasta diez horas al día, seis días a la semana, muchas veces en vacaciones o en horarios nocturnos muy desfavorables y reciba como compensación un salario que no le alcance ni para lo mínimo en el hogar es una perversa injusticia. Tan grave es el problema económico que la mayoría de los trabajadores que ganan el mínimo, aun esforzándose para cumplir sus obligaciones con las empresas, no pueden comprar una vivienda digna, alimentarse adecuadamente, pagar por salud ni educación de calidad, dar un paseo con la familia, invertir en ahorros, etc. En pocas palabras el asalariado siempre camina sin cinco en la bolsa, no porque el trabajador nacional sea mal administrador, sino porque no hay mucho que administrar , en concreto la propuesta de la ANEP es para que el 85.54% de los asalariados que registran las AFP, más el total de los trabajadores agrícolas sigan viviendo entre la miseria y la pobreza o sea que la sobre explotación siga marcando la fuente básica de acumulación de las empresas nacionales y transnacionales en nuestro país, seguir viviendo en un capitalismo precario.

Por otra parte, está la propuesta del Gobierno el cual sólo contempla dos salarios mínimos y no por sector, como se ha hecho hasta hoy, así propone $250 como salario mínimo mensual en la zona rural y $300 como salario mínimo en la zona urbana. Lo que significa un incremento de $2.8 diarios en la zona urbana y $4.36 en la zona rural.

La propuesta es mucho más alentadora que la presentada por la ANEP, son salarios que lograrían cubrir las CBA para todos los asalariados,   o sea un ataque a la miseria de todos los trabajadores agrícolas (si ellos trabajaran a tiempo completo todo el año, pero en promedio sólo trabajan tres meses ), entendida la miseria como una condición en que los salarios mínimos no cubren ni la canasta básica alimentaria, esto se puede ver a continuación en el siguiente cuadro donde se puede ver que de aprobarse este salario mínimo rural, este ingreso equivaldría al 169% del costo de la canasta básica alimentaria rural actual, lo cual tenemos que reconocer sería una medida importante si se aprobara en la Comisión del Salario Mínimo, que lastimosamente hasta ahora ha estado dominada por los intereses del gran  capital, representados por la ANEP y los Sindicatos Blancos de la derecha del país.

En cuanto a la canasta de sobrevivencia esta propuesta salarial todavía queda muy por debajo de las necesidades de la población, ya que con este salario como puede verse en la tabla siguiente, el trabajador no podría cubrir los gastos en servicios básicos  que los trabajadores necesitan para sobrevivir, así con la propuesta salarial del Gobierno   para los asalariados de la zona urbana el salario solamente cubriría el 48% de la Canasta de Sobrevivencia;  mientras que para los trabajadores rurales cubrirán solo el 40%. Este problema sólo se puede cubrir con la implantación de una de Política del Salario Social, en la medida que el Estado por una parte decida que todos los asalariados del país gocen de una atención plena en la salud y se mejore la educación en las escuelas y que realmente sea 100% gratuita para la población, igualmente que se abran programas agresivos para mejorar las condiciones de vivienda de la población, se amplíen y no se reduzca el presupuesto en programas sociales (el cual por cierto para el año 2016 se reduce en relación al año 2015), etc. Además, en la implementación de un salario social las empresas por ley deberían subsidiar en parte la canasta alimentaria y el transporte; la Política del Salario Social se concibe como aquella que provee por medio del salario monetario, los servicios del Estado y un compromiso social de la empresa con el o la trabajadora, los recursos necesarios para poder cubrir los servicios básicos que le permita a la fuerza laboral contar con condiciones de una vida digna, donde la sobre explotación no siga siendo lo que caracteriza este capitalismo precario salvadoreño. Para hacer un ataque a la pobreza debemos entrar a desmontar el neoliberalismo y transitar hacia una sociedad socialista, dado que esto requiere cambiar las lógicas de la acumulación del capital, recordemos que sólo con una política salarial esto no se puede resolver, así podemos ver en el cuadro que sigue, que sólo con la política salarial, aún con la propuesta presentada por el Gobierno el costo de la canasta ampliada apenas se cubriría en un  34% en el área urbana y en un 28% en el área rural.

Es tiempo de regresar a las luchas para hacer avanzar la revolución en nuestro país, así luchar por una Política de Salario Social y profundizar las transformaciones estructurales capitalistas que nos conduzcan a una Transición a una Sociedad Socialista, lo que implica cambiar como ya dijimos las lógicas actuales de acumulación en la economía salvadoreña, a partir de modificar por ejemplo:

a.Que en el país  impere la pobreza, miseria y hambre y continúe la  indignante situación de que las grandes empresas nacionales y transnacionales  sean subsidiadas por el Estado salvadoreño, éstas en el año 2014 por cada 0.42 centavos de dólar que pagaron por impuestos, recibieron un dólar de subsidio. Las empresas obtienen ganancias exorbitantes gracias a la explotación laboral de sus empleados y un alto índice de evasión y elusión fiscal y el subsidio de la población; sin embargo, igual resulta indignante que los hogares, que en verdad necesitan de ayuda estatal, no son beneficiados por el Estado en términos netos, porque pagan más en impuestos en comparación de lo poco que reciben en concepto de inversión social como salud, educación y subsidios. En 2014,  las familias pagaron 165 dólares por cada 100 dólares que el Estado invirtió en electricidad, gas, educación y salud; no obstante, en ese mismo año, las empresas  apenas pagaron 42 dólares  por cada 100 dólares recibido en concepto de gasto de desarrollo del entorno empresarial que hizo el  Estado. (Ver en cartaeconomica.com el artículo “En El Salvador las Grandes Empresas reciben subsidios no los Hogares).

b.Según el informe “Privilegios que niegan derechos. Desigualdad extrema y secuestro de la democracia en América Latina y el Caribe”, publicado por la organización Oxfam, el ingreso promedio de un multimillonario en El Salvador, de los cuales se estiman existen 160, es  4,000 veces superior al ingreso promedio que recibe el 20% de la población más pobre del país. Esta contradicción es la base del sistema capitalista, que se fundamenta de la explotación y sobre explotación de  los que generan la riqueza, es decir, los trabajadores. (Ver en cartaeconomica.com el articulo “Pobreza y Salarios en El Salvador”).

c.En cuanto a grandes fortunas, de acuerdo al informe Wealth-X estima que la población de ultra millonarios en El Salvador es de 160 personas y acumulan una riqueza patrimonial de cerca de 21 mil millones de dólares. Esto puede ser comparado con la producción local del año, que fue ligeramente superior a los 25 mil millones de dólares. Es decir que en El Salvador existe una burguesía oligárquica que tiene la capacidad de controlar la producción total de la economía nacional.

d. En cuanto a la explotación de la población hemos podido establecer que a partir de un análisis sobre el Censo Económico del año 2005 y las Encuestas de Hogares de Propósitos Múltiples, y el reporte de los salarios recibidos por los trabajadores registrados en el ISSS, la parte de la riqueza que las empresas se apropian, es decir, el excedente de explotación ha oscilado entre 74.2% en el año 2005 y el 79.9% en el año 2011, para terminar en un 77% en el año 2014. Esto ha implicado que la tasa de explotación del trabajador en el país ha oscilado entre 291.5% en el año 2015, llegando a su máximo nivel  en el año 2011 con una tasa de explotación del 405.9%, para disminuir al 348.7% en el año 2014. Esto  producto de cómo funcionan las leyes de la acumulación, concentración y centralización del trabajo y la ley del valor. En el año 2014 de una riqueza producida en  el país de 25,163 millones de dólares, la masa salarial recibida por los trabajadores o sea que viven de vender su fuerza salarial y reciben una remuneración fue de 5,569 millones de dólares, mientras que el excedente de explotación que registraron las empresas fue de 19,421 millones de dólares. Además recordemos como ya se mencionó que los que más pagan impuestos son los asalariados y los empresarios pagan muy poco y algunos no pagan (según Karl Marx). (Ver artículo “Los impuestos en El Salvador”, en la cartaeconómica.com).

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