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La historiadora de arte cubano Ivón Muñiz relata sobre los momentos históricos que atravesó el país caribeño para lograr la nación socialista e igualitaria que vive hoy en día la isla, así como del progreso y los aportes que han beneficiado a El Salvador y cuba. Foto Diario Co Latino/ Ludwin Vanegas.

“La cultura cubana no es una cultura de elite”, Ivón Muñiz, historiadora

@OscarCoLatino

El Día de la Cultura Nacional Cubana se celebra cada 20 de octubre, considerándose una efeméride que marcó definitivamente el nacimiento de una nación rebelde y de su identidad.

El término cultura designa el conjunto total de las prácticas humanas, de manera que incluye las prácticas: económicas, políticas, científicas, jurídicas, religiosas, discursivas, comunicativas, sociales en general.

Por lo que se considera que la cultura es algo que tiene que ver mucho con los modos de vida, nuestra manera de pensar y actuar y la demostración más legítima de lo que fuimos, somos y seremos. Al respecto, la historiadora cubana Ivón Muñiz, comentó algunos de los aspectos de la historia de su país, sobre el proceso de evolución que ha presentado la cultura de la isla en los últimos siglos.

La historiadora explicó que siempre que se habla de cultura cubana se hacen diversas cuestiones, entre ellas ¿Quiénes somos?, ¿Somo caribeños, latinoamericanos, hispanoamericanos, afrocubanos? Para Muñiz, la cultura cubana es resultado de la mezcla entre la cultura española y la africana. “No pienso que sea complementariedad, fueron dos jerarquías distintas, la del esclavizado que tiene que resistirse y empezar a funcionar con procesos de enmascaramiento para proteger la cultura que traían de su madre tierra África, y esa cultura que los catequiza y que los obliga a creer en los dioses católicos”, detalló Muñiz.

Estos factores iniciaron el mestizaje racial y el sincretismo, lo que conllevó una riqueza cultural muy grande, que derivó en la cultura cubana. “La cultura cubana comienza paralelo con la colonización, comienzan a nacer criollos y comienza a nacer algo que es nuestro, que es diferente, el yo es otro”, afirmó la historiadora.

Para Muñiz, el triunfo de la Revolución Cubana, “germinó los procesos culturales” de la isla, por lo que considera que actualmente los cubanos “estamos recogiendo esa semilla que se sembró, esa semilla ahora son flores nacientes que se van multiplicando”. Posterior a la revolución se inició el proceso para crear diferentes instancias que contribuyen al fomento de la cultura cubana, entre ellas: La Imprenta Nacional (el primer libro que publicó fue El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha), el Instituto Cubano del Libro, La Casa de Las Américas, el Instituto Cubano de Cine e Industria Cinematográfica, asimismo, se fortaleció el Ballet Nacional de Cuba, entre otros. “Estos primeros años (de revolución) van a recoger toda la historia de tradición de esa cultura, que fue emancipadora, por la soberanía, en defensa del nacionalismo, del antiimperialismo. Comenzó a recoger ese pensamiento de vanguardia”. De igual forma, Muñiz consideró que la campaña de alfabetización fue el primer hito que marcó la cultura cubana contemporánea, ya que al poco tiempo de iniciar la revolución, Cuba fue declarada libre de analfabetismo. La historiadora expresó que uno de los grandes valores de la política cultural de la isla es que “la cultura cubana no es un cultura de elite”, por lo que no solo se decida a llevar artistas a los pueblos y regiones del país, sino también a “captar talento de los campos y lugares aislados”.

“No podemos obligar a los pueblos a que asistan a las salas de ópera y de ballet si no educaste a esos niños en esos valores. Hemos logrado que gran parte de la población cubana sea capaz de admirar el Jazz, un concierto de la Sinfónica Nacional, una obra de teatro. Hemos formado al pueblo de manera culta, grandes talentos no provienen de la capital”, aseguró Muñiz.

La historiadora enfatizó en que la cultura “es como el útero de una madre, es el útero que procrea, que germina, es la manta protectora maternal, pero también es el hereje, el provocador, la casandra que vaticina lo que a lo mejor politólogos o economistas no vean, la cultura está al lado del pueblo y con esa sensibilidad puede darse cuenta de fenómenos que están sucediendo en esa sociedad”.

Muñiz recalcó en que la cultura debe transmitirse desde la oralidad, es decir, desde la concepción de las nuevas generaciones, ya que esto no debe dejarse solo a la etapa de escolaridad de los infantes.

En cuanto al intercambio cultural entre Cuba y El Salvador, la historiadora comentó que el hecho más importante es “La Colmenita”, la cual calificó como un “acto de amor entre los países”.

Para la historiadora cubana, el proyecto “La Colmenita” es una herramienta para “salvar a la niñez desde la creación artística, que se sientan protagonistas de su nación, de los valores de su nación desde edades tempranas”.

Historiadores consideran que lo que conozco, qué me enseñaron y para

qué me sirve y utilizo, conforman las dimensiones de la cultura; de hecho, es un recurso valioso de futuro, de desarrollo humano y que contribuye al alcance de una mayor calidad de vida, individual y social.

La cultura como componente del género humano es creadora de valores y de ética. No sólo puede concebirse como una creación artística y literaria, sino como todo lo que tiene que ver con la espiritualidad humana; es a la vez, uno de los modos en los que se expresa el desarrollo y constituye un instrumento de cohesión social.

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