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Rolando Alvarenga
@Bachibox55
En un ambiente de nostalgia, malady la presidencia del INDES, capsule encabezada por Jorge Quezada, tributó un justo y patriótico homenaje en vida a un grupo de futbolistas veteranos pertenecientes a la Asociación de Futbolistas Veteranos de la Liga Mayor de El Salvador, que preside el ex seleccionado, entrenador y maestro Conrado Miranda. En la ceremonia protocolar, efectuada en salón de honor del estadio nacional “Jorge Mágico” González”, el titular del INDES destacó la trayectoria de los homenajeados que hace varios inviernos dejaron alma, vida y corazón por sus equipos y por las selecciones mayores. “Estos honorables señores se merecen todo nuestro respeto y consideración por el valor histórico que para nuestro país representan y porque de una u otra manera su aporte futbolístico tuvo que ver con la medalla de oro ganada en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de México en 1954 y la posterior clasificación al Mundial de México 70”, expresó Jorge Quezada.
De igual forma, exaltó los valores y calidad futbolística de Conrado Miranda que como jugador, en las décadas 50-60, brilló con luz propia en el Águila, después como entrenador de los orientales y como seleccionador olímpico y mundialista de las diferentes selecciones nacionales, dejando, más allá de su humilde personalidad, un valioso y preciado legado para la posteridad.
Entre los homenajeados, que en todo momento se mantuvieron atentos y respetuosos con la ceremonia, (no como los jugadores de hoy que solo chateando pasan), estuvieron Daniel Everaldo Cornejo, Jaime Gómez, Luis Alonso Escoto, Raúl Corcio Zavaleta, Juan Andrés Ríos, Mario “7 goles” Águila Zelaya, Carlos “Ranchero” Guerra, Jorge Velazco Vanegas, Luis Moreno y Carlos Melara.
El momento esperado y emotivo se produjo cuando el maestro de ceremonias, Gerardo López, comenzó a llamar, uno a uno, a los veteranos para entregarles, chumpas y pants con los queridos y patrióticos azul y blanco. Algo que ellos consideraron como un valioso tesoro que en sus épocas gloriosas no les fue entregado e incluso estuvieron a punto de soltar las lágrimas, emocionados.
Sin duda, una ceremonia que viene a poner en práctica aquel dicho “en vida hermano, en vida”, para un grupo de héroes anónimos que dieron todo por el amor y los colores patrios; pero que nunca se les retribuyó ni con una modesta pensión.
