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Fascismo, Trump y centroamérica

JOSÉ GUILERMO MARTIR HIDALGO

Ha surgido un hombre y una mujer que combinan ideas y creencias típicas de una sociedad altamente industrializada, con creencias anti racionales e irracionales. Estos presentan caracteres con tendencias contradictorias: iluminados y supersticiosos, orgullosos de su individualismo y constantemente temerosos de ser como los demás, celosos de su independencia y proclives a someterse ciegamente al poder y a la autoridad. El hombre y la mujer autoritarios, son individuos potencialmente fascistas. Particularmente susceptibles a la propaganda anti democrática.

Theodor Adorno, filósofo alemán de origen judío y asociados, en la obra “La Personalidad Autoritaria”1 apuntan, que la ideología es una organización de opiniones, actitudes y valores que moldean una manera de pensar sobre el hombre y la sociedad. Las ideologías ejercen diferentes grados de atracción sobre cada sujeto dependiendo de las necesidades, satisfechas o frustradas, de cada uno. Los humanos difieren en susceptibilidad hacía la propaganda antidemocrática: algunas personas la aceptarán, otras la admitirán cuando todo el mundo crea en ellas y otros, nunca la reconocerán. La ideología, en términos de disposición o en términos de palabras y de acción es esencialmente la misma cosa. Las predisposiciones se convertirán en expresiones y manifestaciones, dependiendo de la situación del momento.

Para Adorno y asociados, la personalidad es determinante en las preferencias Ideológicas. La personalidad es esencialmente, una organización de necesidades. El moldeamiento de la personalidad es más profundo, cuanto más temprano aparece en la historia vital del individuo. La personalidad es producto del ambiente social del pasado, pero, una vez que se ha desarrollado, no  es un mero objeto del ambiente presente. La estructura de la personalidad, es algo capaz de actuar por iniciativa propia. La personalidad, son disposiciones a comportarnos de determinada manera. La estructura de cierto tipo de personalidad, es susceptible a la propaganda anti democrática. Que como fuerza dominante, depende de los intereses económicos más poderosos.

La receptividad o resistencia a la propaganda anti democrática depende, de su participación en los grupos sociales. Los individuos asumen las opiniones, actitudes y valores de los grupos a que pertenecen. Las ideas implícitas o explícitamentes anti democráticas de los miembros del grupo, los hacen propensos a la propaganda.

El fascismo para tener éxito, como movimiento político, necesita contar con el apoyo de las masas. El fascismo debe asegurarse la sumisión temerosa y la cooperación activa de la gente. Por eso apela a las necesidades emocionales, a los deseos y a los temores más primitivos e irracionales. La propaganda fascista es más fácil, cuanto mayor es el grado anti democrático existente en las masas.

Las variables de la personalidad que determinan la objetividad y racionalidad de una ideología pertenecen al Yo,  quien toma conciencia de las fuerzas irracionales que actúan dentro de la personalidad. Conocer los determinantes psicológicos de la ideología, puede desarrollar la parte racional en las personas.

En la investigación de Adorno y asociados, en más de dos mil sujetos,  los individuos se estudiaron mediante entrevistas y técnicas clínicas y los grupos, mediante cuestionarios. Para identificar a individuos potencialmente anti democráticos, se elaboró un cuestionario que contenía razones sobre el pasado y presente del sujeto, así como diversas proposiciones anti democráticas y una escala para medir las tendencias anti democráticas de la propia personalidad. El resultado más importante del estudio es, que una relación padre-hijo de carácter jerárquico, autoritario y explotador, puede derivar en una actitud de dependencia. La misma pauta se extiende a la concepción dicotómica de los roles sexuales y los valores morales y, al tratamiento dicotómico de las relaciones sociales que se manifiestan en el endogrupo y exogrupo. Desde arriba se moldea continuamente a la gente para mantener el patrón económico global. El miedo y la destrucción son las principales fuerzas emocionales del fascismo. Mientras que el eros  pertenece principalmente a  la democracia.

Para los italianos Michele Roccato y Daniela Converso en “Cómo y porqué es necesario volver a estudiar el autoritarismo”2, la personalidad autoritaria de Adorno y asociados es el estudio más completo de las razones psicológicas de la adhesión al fascismo. Su principal hallazgo es el surgimiento de un prototipo de hombre y mujer, el tipo autoritario.

El fascismo encuentra terreno de cultivo en situaciones originadas por la ausencia de normas sociales en las crisis. Actualmente, el malestar, la inseguridad, el pesimismo en relación al futuro y la frustración por una calidad de vida de sectores marginales o en vía de serlo, es el depósito potencial de seguidores de la extrema derecha. El nuevo fascismo europeo capitaliza el malestar general como consecuencia de la crisis del Estado de Bienestar y del crecimiento de la marginalidad social. Hay un riesgo que la situación se agrave por la crisis del modelo global de desarrollo, por la crisis del Estado Social que contribuye a empeorar las condiciones de vida y al aumento de los inmigrantes provenientes del tercer mundo a medida que  declinan las condiciones de vida en sus países.

Hay que hacer distinción entre autoridad y autoritarismo. La autoridad es la autoridad racional donde la superioridad tiene como función, ayudar a la persona sujeta a la autoridad. Y el autoritarismo es la autoridad inhibitoria donde la superioridad tiene como cometido, someter al subordinado. En psicología social el autoritarismo es una actitud,  un comportamiento, una convicción que es necesaria la aceptación de la autoridad y la obediencia. Términos como carácter autoritario, personalidad autoritaria y autoritarismo, hacen referencia a la estructura de carácter o de personalidad en que se cimenta la afección al fascismo. Adorno y asociados pretendían estudiar la relación entre ideología fascista y esa estructura de la personalidad. El fascismo es un intento de la burguesía por mantener su poder económico, mediante la manipulación de un movimiento de masas dirigido a asolar a la clase obrera revolucionaria. El momento actual parece configurarse en peligro para nuestras democracias.

TERMINATOR EN LA CASA BLANCA

Para el sociólogo y analista político alemán, Heinz Dieterich, en su artículo “El terminator arriba a la Casa Blanca…twiter, FBI y los plutócratas instalan al Fuehrer”3, en Estados Unidos hay una lucha entre los Proto fascistas de Donald John Trump y los neofascistas de Barak Hussein Obama e Hilary Diane Rodham Clinton. Igualmente hay una metamorfosis de la tiranía de la Pax Americana a la Dictadura del Tribalismo Nuclear. Sentencia que ambas evoluciones no son planeadas ni administradas por estrategas con capacidad racional-ética, sino, por plutócratas ignorantes e improvisados políticos.  sDe hecho, la característica principal del Presidente Trump es su incapacidad de actuar consistentemente dentro de sistemas dinámico complejos y cohesionados. Diterich señala,  que nos encontramos ante un operador ignorante y poderosos ecosistemas nacionales y mundiales, por lo que puede provocar comportamientos erráticos o caóticos en ellos, incluyendo la posibilidad de una guerra nuclear.

Hay tres fantasías que aminoran la peligrosidad de Trump: la primera, siendo rico no necesita robar, pero, sociópatas ególatras como él tienen una obsesión compulsiva por el poder. Y el fetichismo del dinero se deriva del fetichismo del poder. La segunda que “es un perro que ladra pero no muerde”, no obstante, el nuevo gabinete de plutócratas y reaccionarios no será capaz o no esta dispuesto a controlar a su jefe tribal. Y la tercera, sus políticas reaccionarias generaran una reacción progresista en América latina, sin embargo, en Estados Unidos se está formando un amplio frente de oposición a Trump y en Latino América no hay ningún potencial real de resistencia organizada.

Yorgos Mitralias, periodista griego, en “¿Trump es o no fascista? ¿…Y es fascista o no el régimen que planea crear?”4 Opina que el fascismo se apoya en un movimiento organizado de masas, para atacar a las organizaciones de trabajadores. Trump no tiene ese movimiento organizado de masas, pero, hay indicios que quiere crearlo. De momento se desconoce la población blanco de dicho movimiento: inmigrantes sin papeles, ciudadanos afroamericanos o latinos, mujeres o sindicatos obreros.

LA POLÍTICA ANTI INMIGRANTE DE TRUMP

El ex comandante guerrillero Joaquín Villalobos en “Trump y el infierno centroamericano”5 comenta, que cuando se señalan los factores que generaron el conflicto centroamericano en la década de los ochenta del siglo pasado, se citan a la Teología de la Liberación, a la injerencia comunista cubano-soviética y a las dictaduras militares. Asevera que muy poco se habla de la influencia de las políticas estadounidenses, entre reformismos y autoritarismos, en las élites y sociedades centroamericanas. Esas políticas de avances y retrocesos, instalaron la polarización y la ingobernabilidad en la región.

La “Alianza para el Progreso” de John F. Kennedy llamaba a hacer una revolución pacífica para evitar una revolución violenta, movió a las élites gobernantes a realizar reformas en el campo social. La política de “Seguridad Nacional” de Richard Nixon se concentró en la contención del comunismo y terminó multiplicando la represión, los fraudes electorales y los Golpes de Estado. La política de respeto a los “Derechos Humanos” de James Carter apelaba, como paradigma, a la democracia. Facilitó el derrocamiento de Anastasio Somoza y firmó el Tratado Torrijos-Carter, con el que Estados Unidos cedió el Canal de Panamá. La política de “Guerra de baja intensidad” de Ronald Reagan, hizo de Centro América el principal escenario para contener la expansión del comunismo.

El conflicto centroamericano convirtió a los Estados Unidos, en la principal válvula de escape a su presión demográfica. La migración ha tenido un beneficio directo en las élites centroamericanas. La renta de las remesas ha tenido costos humanos dramáticos: decrecimiento económico, destrucción de familias y comunidades, violencia y desempleo. Se ha generado una falsa economía de servicios y consumo, a costa de la exportación de personas.

Villalobos recela la política de Trump: cegar la entrada a los migrantes, gravar las remesas, echar a los ilegales y arrojar a los pandilleros, se convierten en la tormenta perfecta para que se dé una implosión en Centro América. Ésta posible histerización de la enfermedad macro social de los Estados del Triangulo Norte, en el que ninguno es capaz de generar empleo, educación, brindar servicios y proveer seguridad, puede empujar a una patocracia donde se entronice el fascismo. A menos que como nación, trabajemos por nuevos acuerdos de paz  que nos arrastren a un Plan de Nación, donde se incluya la auto realización a todos y todas.

(Endnotes)

1. Adorno, Theodor W.; Frenkel-Brunswik, Else; Levinson, Daniel J. y Nevitt Sanford, R. La Personalidad Autoritaria (prefacio, introducción y conclusiones). En: https://dialnet.uirioja.es/descarga/articulo/2503040.pdf

2. Roccato, Michele y Converso, Daniela. Cómo y porqué es necesario volver a estudiar el autoritarismo. En: www.uv.es/garzon/psicologia%20politica/N13-4.pdf

3. Dieterich, Heinz. El terminator arriba a la Casa Blanca…twiter, FBI y los plutócratas instalan al Fuehrer. En: www.aporrea.org/internacionales/a240363.html

4. Mitralias, Yorgos. ¿Trump es o no fascista? ¿…Y es fascista o no el régimen que planea crear? En: www.rebelion.org/noticias/2017/1/221727.pdf

5. Villalobos, Joaquín. Trump y el infierno centroamericano. En: www.nexos.com.mx/?p=30956

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