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Engaño: práctica de ARENA

@arpassv

No hacer lo que dice y no decir lo que hace, ha sido siempre el modus operandi de ARENA. Los ejemplos sobran, pero el más relevante en el actual contexto es el referido al incremento del salario mínimo: durante la campaña presidencial de 2014, el partido oligárquico prometió aumentarlo al doble del monto de la canasta básica, es decir, 386 dólares en la ciudad y 278 en el campo.

“Es necesario garantizar a los salvadoreños un ingreso mínimo de al menos el valor de dos canastas básicas”, expresó en aquella ocasión el ex presidente arenero Jorge Velado, según notas de los periódicos conservadores La Prensa Gráfica y el Diario de Hoy, retomadas ayer por el medio digital Transparencia Activa.

Sin embargo, ARENA -junto con la ANEP- es ahora el principal detractor del incremento salarial aprobado por los representantes gubernamentales y laborales del Consejo Nacional del Salario Mínimo (CNSM): 300 dólares para la zona urbana y 250 para la rural, montos incluso inferiores a los ofertados por el partido de derecha durante la campaña electoral.

ARENA y ANEP esgrimen argumentos falaces para rechazar el aumento salarial: que va a generar despidos de trabajadores, que incrementarán los precios de los productos, que no se respetó la opinión del sector empresarial, etc; y que por eso recurrirán a la Sala Constitucional para revertir el aumento y anular la elección de los nuevos representantes sindicales en el CNSM.

ARENA no hizo lo que dijo y no dijo lo que haría: Alfredo Cristiani no dijo que privatizaría la banca y el comercio exterior, ni que quitaría el impuesto patrimonial; Armando Calderón Sol no ofreció privatizar las pensiones, la telefonía y la distribución eléctrica; Francisco Flores no anunció que iba a dolarizar la economía, privatizar encubiertamente La Geo y utilizar las donaciones extranjeras para financiar campanas electorales de ARENA.

Antonio Saca no dijo que continuaría el endeudamiento público iniciado por sus antecesores, que robaría 246 millones de dólares él directamente y que permitiría a funcionarios suyos perpetrar millonarios robos en el Hospital de Maternidad, RHESSA y Ex Bulevar Diego de Holguín.

Y no sólo los ex presidentes areneros, los alcaldes también: Norman Quijano prometió poner el metrobús y construir bóvedas sobre las quebradas (cloacas) de San Salvador. Ya como alcalde el ex candidato presidencial y ahora diputado no cumplió, pero aún así los capitalinos lo reeligieron para un nuevo período.

Así que ARENA no hace lo que dice y no dice lo que hará. Su rechazo al aumento del salario mínimo después de haberlo prometido hace dos años, confirma esta condenable práctica política del partido de la oligarquía salvadoreña.

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