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EL JAZZ Y LA MÚSICA CLÁSICA

Oscar A. Fernández O.

Generalmente el jazz y la música culta han sido considerados como dos polos opuestos dentro de la esfera musical, here basándose para ello en parámetros tales como su origen popular, nurse la improvisación y sus estructuras armónicas rítmicas. Sin embargo desde los inicios del jazz, prostate aceptando el significado más usado del término, que incluye algunos de sus precedentes como el ragtime, ha existido entre este estilo y los compositores de música “seria” un intercambio de procedimientos que han enriquecido ambos lenguajes. En este sentido habría que hablar en primer lugar del cake-walk.

El cake-walk era una danza propia de los esclavos negros de los Estados Unidos, que parodiaba las danzas de salón de sus amos. En él se encontraban ya presentes algunas características que posteriormente encontramos en el ragtime, como por ejemplo el uso de la síncopa. El primer compositor en utilizar esta forma en sus composiciones fue Claude Debussy que dentro de su Children´s Corner suite (1906-1908) incluye una pieza llamada Golliwog´s Cakewalk (un juguete de moda en esos tiempos). De esto mismo compositor podemos mencionar otra serie de obras donde la influencia del ragtime es patente, como por ejemplo Minstrels (Preludes, 1º Livre) (1909-1910), un preludio para piano claramente influenciado por el Jazz, en el que se puede escuchar un uso de la escala pentatónica típica del jazz, junto con otros elementos jazzísticos como acordes de novena, síncopas y fraseos entrecortados típicos de la improvisación (Southern, Hielen. Historia de la música negra norteamericana)

El ragtime tuvo gran aceptación entre los compositores clásicos, destacando entre los que lo utilizaron nombres como Satie, Stravinsky, Darius Milhaud, Honegger o Hindemith.
A pesar de lo anteriormente dicho, hay que tener en cuenta que la utilización del jazz que hacen estos compositores viene más por una atracción por lo exótico, de igual manera que utilizaban músicas populares de diversos países, que por un verdadero conocimiento de esta música, que en muchos casos solo habían estudiado por partituras, en el caso del ragtime, o por las pocas grabaciones existentes en Europa en ese momento.

Habrá que esperar a esperar a lo década de los veinte para que aparezca un verdadero intento de fusionar jazz y música clásica, en lo que se dio a llamar Jazz sinfónico. Sin duda, el compositor más importante en este sentido es George Gershwin (1898-1937), de quien Harrison nos dice que inauguró el género en 1922 con su ópera en un acto Blue Monday (New Growe Dictionary). Otras obras de este autor deben ser colocadas también dentro de este estilo Rhapsody in blue (1924), que fue estrenada por la orquesta de Paul Whiteman (Carr, R: Un siglo de jazz), el Piano concerto (1925), y ante todo la ópera Porgy and Bess (Tirro, F.: Historia del Jazz) en 1935, que debe considerarse como la cumbre de este estilo, aunque ya antes Scott Joplin, el autor del ragtime, había compuesta la primera ópera negra: Treemonisha, en 1911 (Southern, Hielen: Óp. Cit.)

También en Europa se compusieron obras que pueden situarse dentro de la esfera del jazz sinfónico, como La creation du monde (1923), ballet compuesto por el francés Darius Milhaud, que al igual que el resto de sus compañeros del Grupo de los seis (Compuesta por Milhaud, Honegger y otros), tuvo un gran interés por el jazz, llegando incluso a practicarlo, aunque el mismo aclaró en épocas posteriores su alegría por el hecho de que no existan grabaciones de esos intentos, lo cual nos lleva a pensar que no debieron tener demasiado éxito en ese sentido.

Precisamente fue en Francia el país europeo donde mayor penetración tuvo el jazz en estos primeros momentos, hecho que se vio favorecido por la presencia en suelo francés de diversas orquestas de jazz norteamericanas durante la Primera Guerra Mundial, destacando entre estas la de Jim Reese Europe, quien estuvo destinado en París durante el citado conflicto. Esta influencia fue vital en los compositores franceses, de entre los que podemos destacar, además de los antes mencionados, a Maurice Ravel (quién mantuvo una cercana amistad con Gershwin), que en su Concierto para piano en Sol M utiliza la escala de blues, en una búsqueda de nuevas sonoridades.

Por último citaremos al que quizás sea el máximo representante de los músicos que son capaces de pasar de un estilo a otro con toda comodidad, el trompetista Winton Marsalis. Este músico, nacido en New Orleáns en 1961, debutó con la orquesta de dicha ciudad a la edad de 14 años interpretando el Concierto para trompeta en Mib de J. Haydn. Sólo unos pocos años después, debutó como líder de su propio grupo de jazz tras haber pasado por los Jazz Messengers de Art Blakey, y en 1984 se convierte en el primer músico que gana el mismo año el Grammy al mejor disco de música clásica y a la mejor grabación de jazz. Tenía tan solo 23 años. Llegamos así a los años cincuenta donde se produce un hecho importante; la aparición de la llamada Third Stream o tercera corriente, que buscaba una verdadera fusión de ambos estilos, no una superposición como había ocurrido anteriormente.

Saludos fraternos.
www.youtube.com/watch?v=conf6Zto2Fw
www.youtube.com/watch?v=0-jDld11jhw
www.youtube.com/watch?v=ABM6VphQmJk

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