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Del “Día de la Raza” y la Identidad

Hay que aclarar que oficialmente en El Salvador ya no se celebra el “Día de la Raza”, el 12 de octubre de cada año, como se hacía en tiempos pretéritos, para referirnos al descubrimiento de América, en esa fecha del año 1492.

Y es que para muchos, y esa idea prevalece en el actual debate, la llegada de Cristóbal Colón a la isla del atlántico de Guanahani, hoy Bahamas, no tiene en absoluto que celebrarse como un acontecimiento del cual debemos enorgullecernos, como se ha hecho, pues se trató de una invasión, el inicio del despojo.

Un despojo no solo de la riqueza, sino hasta de la identidad.

Por cierto, cuando Colón llegó a Las Bahamas o Guanahani, las bautizó  con el nombre de San Salvador.

Muchos aseguran que a los salvadoreños nos llaman “guanacos” más por el nombre que Colón les dio a las islas de Guanahani, que por ese camélido pacífico y obediente llamado Guanaco del sur de América.

Quizá el tema de la identidad, que también nos fue arrebatado por los conquistadores, debería comenzar por una aclaración del porque nos dicen “guanacos”, pues hay otras versiones no menos imprecisas.

La identidad viene del latín identitas, que no es más que un conjunto de rasgos propios de una persona o de una comunidad. Estos rasgos caracterizan al sujeto o a la colectividad frente a los demás.

La identidad, en términos colectivos, entre los salvadoreños puede y debe cuestionarse a partir de las diferentes coyunturas y no solo históricas.

En la actualidad, por ejemplo, el país enfrenta una crisis fiscal, no solo por razones históricas, sino por falta de identidad de nación, en tanto que, en unos sectores de la sociedad predomina la mezquindad, el anti patriotismo, lo anti nación.

Los que se consideran dueños del país, que no son más que un centenar de familias que se llevan casi el 70% del Producto Interno Bruto, además de que no les gusta pagar los impuestos, se han dado a la tarea, a través de su partido político, ARENA, de hundir al país al generar una crisis fiscal de grandes proporciones.

Pretender que al debilitar a un gobierno y a un partido, afectando a su pueblo, puede doblegar a unos para que tomen el poder los otros es más que una mezquindad, es un acto criminal.

¿Y quienes pueden cometer ese crimen? Sencillo, los que no tiene identidad de nación, de país, de pueblo, de raza.

Por eso es que creemos, es valedero dar un debate en torno a la identidad.

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