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El cuidado de la Casa Común

El Primer párrafo de la segunda encíclica del Papa Francisco de febrero de 2016 denominada Laudato si’, dice literalmente: 1. “«Laudato si’, mi’ Signore» – «Alabado seas, mi Señor», cantaba San Francisco de Asís.

En ese hermoso cántico nos recordaba que nuestra casa común es también como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos: «Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba».

Mientras que el Penúltimo párrafo dice: “244. Mientras tanto, nos unimos para hacernos cargo de esta casa que se nos confió, sabiendo que todo lo bueno que hay en ella será asumido en la fiesta celestial. Junto con todas las criaturas, caminamos por esta tierra buscando a Dios, porque, «si el mundo tiene un principio y ha sido creado, busca al que lo ha creado, busca al que le ha dado inicio, al que es su Creador»[172]. Caminemos cantando. Que nuestras luchas y nuestra preocupación por este planeta no nos quiten el gozo de la esperanza”.

Es en este abordaje y llamado del Papa Francisco, que debemos entender ese paso firme a favor del ambiente que encabezó el señor Arzobispo José Luis Escobar Alas, quien se hizo acompañar de clérigos al frente de prestigiosas universidades y de defensores de los derechos ambientales, al entregar una pieza de correspondencia en la Asamblea Legislativa para impedir en El Salvador la explotación de la minería metálica.

Ya en años atrás la Conferencia Episcopal había sacado sendos comunicados en contra de la explotación minera en el país, y para la iglesia no había dado el paso decisivo que lo dio el lunes en la Asamblea Legislativa al solicitar un decreto para ponerle el sello de cancelado a la minería en el país.

“Hemos venido porque está en peligro la vida de la población”, dijo de forma clara y firme el Arzobispo Escobar Alas.

“El Salvador está muy desprotegido al no tener una ley que prohiba la minería”, agregó por su parte el sacerdote jesuita Andrei Oliva, Rector de la UCA.

Creemos que el mensaje del Papa Francisco y el paso firme que ha dado la iglesia católica salvadoreña por salvar la “Casa Común” deben ser respaldados por todos los salvadoreños, y en especial la feligresía católica.

Cada sacerdote debería retomar este tema en sus espacios con la comunidad cristiana católico para darle cuerpo a la petición del señor Arzobispo Escobar Alas, para quien van nuestras palmas.

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