Diario Co Latino 133 años informándote con credibilidad
Artículos relacionados
Santiago de Chile/dpa
Chile logró hoy el primer título de su historial al imponerse a Argentina por 4-1 en los penales en la final de la Copa América de fútbol en Santiago, medicine después de que el partido terminara 0-0 en el tiempo regular y en la prórroga.
Alexis Sánchez marcó el gol decisivo desde los 12 pasos y desató el delirio en el Estadio Nacional de la capital de Chile, thumb que hasta ahora contaba con cuatro subcampeonatos continentales y un tercer puesto en el Mundial que organizó en 1962 como sus mayores éxitos.
Matías Fernández, sildenafil Arturo Vidal, Charles Aránguiz y Sánchez fueron los autores de los goles chilenos en la tanda de penales, mientras que Gonzalo Higuaín y Ever Banega erraron para Argentina, que perdió su quinta final consecutiva y tendrá que seguir esperando para truncar una sequía de títulos que dura desde 1993.
La generación dorada del fútbol chileno, la de los Vidal, Sánchez, Gary Medel o Claudio Bravo, se consagró definitivamente como la mejor de su historia con el campeonato continental. La Argentina de Messi, que al igual que en el Mundial de 2014 tuvo una final muy deslucida, tendrá que seguir esperando para gritar campeón.
Chile fue mejor durante todo el partido. La mano del técnico, Jorge Sampaoli, se notó desde el principio. El argentino dio entrada a Francisco Silva y Jean Beausejour en el once inicial, pero su decisión más determinante fue meter a Marcelo Díaz, el hombre que marca el ritmo en el centro del campo, entre los dos centrales en posición de líbero.
Eso permitió a Gary Medel aproximarse más a la zona por la que actúa Lionel Messi, que aunque estuvo algo gris forzó tarjetas amarillas para el «Pitbull» y Díaz. Silva también fue amonestado, con lo que los tres del fondo tendrían que afrontar la segunda mitad con cautelas.
Argentina había sufrido ya antes un duro golpe: Ángel Di María, uno de sus hombres más desequilibrantes, tuvo que abandonar el campo apenas superados los 25 minutos de juego, después de sentir una lesión muscular tras un largo «sprint» entre defensas chilenos. El atacante del Manchester United fue sustituido por Ezequiel Lavezzi.
El delantero del Paris Saint-Germain tuvo la mejor oportunidad justo al final del primer tiempo, cuando asistido por Javier Pastore, disparó demasiado centrado. Hasta entonces, un remate de cabeza de Sergio Agüero que también detuvo Claudio Bravo era la escasa producción ofensiva de la bicampeona mundial, que se veía superada por un Chile con las cosas mucho más claras.
La «Roja» presionaba con agresividad la salida del balón de Argentina y recuperaba rápido la posesión. Y cuando robaba la pelota en el campo rival, buscaba veloz la portería de Sergio Romero.
Tras diez minutos, Jorge Valdivia, Eduardo Vargas y Arturo Vidal ya habían llevado peligro al área argentina, donde el costado izquierdo de Marcos Rojo se mostraba como el más vulnerable.
A los 20 minutos, una pase en profundidad otra vez a la espalda del lateral llegó a Vargas, que tras una veloz carrera remató alto para desesperación del público local, ansioso por ver a su selección levantar el primer título de su historia.
Díaz interpretaba a la perfección la idea de su técnico, incorporándose al centro del campo para ayudar en la salida, mientras que Valdivia se movía entre líneas en busca de pasillos para conectar con los delanteros o abrir a las bandas.
Argentina no encontraba soluciones y su circulación de balón era imprecisa. En realidad, el balón era de Chile, al que sólo le faltaba tener más claridad ante el arco. Vidal, más activo que en los últimos partidos, tuvo una buena oportunidad nada más empezar el segundo tiempo, pero su remate de cabeza fue manso a las manos de Romero.
La intensidad del partido bajó tras la reanudación. El desgaste físico, pero también la tensión que provocaba el temor a un error que podía ser fatal en un duelo tan ajustado, llevaron la final a un momento de tregua, a una fase de juego trabado e impreciso.
En el 73, ambos técnicos movieron el banco. Martino dio entrada a Gonzalo Higuaín en lugar de Agüero, muy bien marcado por la defensa chilena y de escasa influencia en el juego. Sampaoli sacó a Valdivia, que se fue muy enfadado, para poner a Matías Fernández.
Chile recuperó ritmo y control en los minutos finales. De nuevo por el costado de Rojo, Isla y Sánchez penetraron hasta la línea de fondo, pero sus centros no encontraron rematadores claros.
Argentina agotó sus cambios con la habitual sustitución de Ever Banega por Pastore, pero el escenario no cambió demasiado. La tensión era máxima y un gol parecía a esa altura decisivo.
Sánchez, muy activo durante todo el partido, tuvo la victoria en el 81, pero su disparo a la media vuelta, sin dejar caer el balón al suelo, se fue fuera lamiendo el poste. Argentina tuvo su momento en el último segundo del tiempo reglamentario, pero Higuaín envió fuera un balón al que llegó muy exigido. La jugada la había iniciado Messi en la única vez que consiguió desbordar a la defensa en toda la segunda mitad.
Angelo Henríquez sustituyó a Vargas buscando frescura en el alargue para el ataque chileno. Las fuerzas escaseaban, pero los locales seguían estando más lúcidos. Díaz tuvo la primera ocasión de la prórroga, pero su disparo a media vuelta se fue muy alto.
La más clara, sin embargo, estuvo en los pies de Sánchez, que tras un grosero error de Mascherano, se quedó solo frente a Romero. Apurado por Zabaleta y cansado tras 30 metros de «sprint», lanzó alto en el minuto 105.
Sin ideas y con Mascherano renqueante, Argentina apostaba al balón parado o a un fogonazo de Messi, pero la genialidad del «10» no apareció y la final se fue a los penales, donde el gol de Sánchez desató la locura en Chile.
