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Camilo Cienfuegos: Confianza  y  Amor del Pueblo  Cubano Autor: Rachel Rivero Acosta estudiante de Periodismo |

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II parte

«Después del triunfo revolucionario, Mara mi esposa, tuvo un encuentro en Matanzas junto a su padre —mi futuro suegro— con Camilo. Cuando lo reconoció fue hacia su lado y le comentó: “¿Usted es Camilo? Yo soy la novia de un invasor que perteneció a la Columna No. 2”.

«Cuando comenzaron hablar, Cienfuegos, quien estaba de visita en la provincia para observar el estado del Morrillo, lugar donde murió asesinado Antonio Guiteras Holmes y se encontraba abandonado, comenzó a jaranear, y le decía: Yo no soy Camilo, usted está equivocada. Yo no soy Camilo”.

«En ese preciso momento, mi futuro suegro, quien se oponía a nuestra relación, le preguntó: “¿Bueno y cómo es ese muchacho? (refiriéndose a mí)”, a lo que respondió Camilo con una sonrisa convincente: “Ese guajirito, ese sí que era guapo”. Después de esa conversación el padre de Mara me dio la mano de su hija, y nos comprometimos».

«PARA HABLAR DE CAMILO, HAY QUE HABLAR DE FIDEL»

El líder de la naciente Revolución Cubana sentía una gran admiración y respeto por el joven rebelde. La expresión «¿Voy bien Camilo?» de Fidel a Camilo en los primeros días de su llegada a La Habana expresa la total confianza y el reconocimiento de sus fehacientes ideas revolucionarias.

Después del triunfo de la Revolución, los inseparables guerrilleros acudían con regularidad a los encuentros de pelota, algunas veces como espectadores y otras como activos participantes.

En una ocasión en que ambos acudieron al estadio del Cerro para participar en un desafío que se desarrollaría esa noche, surgió la idea de que en las dos novenas jugaran los guerrilleros contra el equipo de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR).

«Camilo, acariciando su amplia barba oía la proposición y mascaba fuertemente su tabaco. Cuando concluyeron de explicarle la idea, respondió: “¿Qué integre una novena contra Fidel? ¡Qué va! ¡Contra Fidel yo no estoy ni en la pelota!”», rememoró Fontaine.

Ese día mientras Fidel ocupaba el montículo de los lanzadores, en la novena de Los Barbudos, Camilo le atrapaba sus líneas como receptor. El célebre tope beisbolero culminó 3-0 con la victoria de los guerrilleros.

LA JUVENTUD CUBANA NECESITA MÁS CIENFUEGOS

«La juventud necesita un trabajo político-ideológico más profundo, requieren redescubrir la fortaleza que han demostrado las grandes personalidades de la Revolución Cubana. En los jóvenes está la fuerza y el impulso de nuestro país, no pueden dejar caer los ideales por los que se ha luchado durante siglos.

Nosotros dejamos las anécdotas, las historias y hechos que marcaron nuestras vidas, ellos son los encargados de revivirlas y mantener la Revolución que logramos», expresó Fontaine, con su voz agrietada por el paso de los años.

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