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María Teresa de Castaneda le da mantenimiento a su huerto integral para mejorar la dieta familiar. Foto Diario Co Latino/Guillermo Martínez.

Adaptación y resiliencia agrícola frente al “Cambio Climático”

@SilviaCoLatino

Adecuarse al futuro” es la frase de Erasmo Castaneda, quien junto a otros agricultores en pequeño son beneficiarios del proyecto  “Hambre Cero”, del “Programa Trinacional de Diversificación Productiva”, de Guatemala, El Salvador y Honduras, que atiende la Mancomunidad Trinacional Fronteriza Río Lempa, a fin dar un paso importante en cuanto a adaptación y resiliencia frente al cambio climático.

El proyecto se desarrolla en el municipio de Citalá, Chalatenango, en tres caseríos que aglutinan a 50 agricultores salvadoreños que están aplicando y aprendiendo actividades productivas, y una serie de acciones encaminadas en implementar prácticas agroecológicas, control de plagas y producción, por métodos naturales en sus “huertos familiares”.

Esta población, de los tres caseríos, ha recibido de lleno el impacto del Cambio Climático que les ha hecho perder sus cosechas  de café, granos básicos, frutales y hasta colmenares.

Frente a esta realidad, la Mancomunidad Trinacional Fronteriza Río Lempa ha tomado acciones junto a pobladores de los tres países, gobiernos locales y organizaciones no gubernamentales, con la finalidad de mejorar la disponibilidad de siembra de hortalizas, la generación de ingresos económicos con la venta de excedentes y la diversificación de los cultivos.

En la “parcela diversificada”, de Erasmo Castaneda, presenta su proyecto de producción de “Bokashi” (palabra de origen japonés) que trata sobre el abono orgánico sólido fermentado que utiliza en su terreno y vende a otros agricultores que desarrollan este proyecto innovador de la agroecología.

“El beneficio del bokashi es que, actúa como mejoramiento del suelo, y no como los abonos químicos que se compran en los agroservicios que solo los puede usar para alimentar a la planta y para el siguiente año, ya no sirve para su nueva cosecha”, expresó.

Edgardo Arturo Amaya, técnico de la Mancomunidad Trinacional Río Lempa, explicó que el trabajo que realizan con 50 familias entre los tres cantones de Citála; así como San Fernando y Dulce Nombre de María de Chalatenango, y otros municipios de Guatemala y Honduras, es integral y pretende ser una alternativa para que los agricultores encuentren recursos efectivos y sostenibles para su dieta alimenticia y protegiendo el medio ambiente a la vez.

“Hambre Cero es un proyecto que se desarrolla de manera integral. Hemos formado grupos que rondan los 14 ó 15 agricultores en cada una de las comunidades, y es así que la Mancomunidad Trinacional Río Lempa los ayuda con implementos de trabajo y otras herramientas, como las que ocupan para aprender a elaborar sus insumos orgánicos”, señaló.

“Hemos impulsado la construcción de macrotúneles para la producción de hortalizas, también la siembra de árboles frutales que consideramos una diversificación que ayuda a los agricultores a contrarrestar la sequía, al variar los cultivos de la parcela. Así no solo cultivan maíz sino que puedan integrar árboles frutales y hortalizas, de hecho la próxima semana recibirán sus plantas de banano, jocote y dentro de tres semanas aguacate, nísperos y nance, porque ellos mismos hacen su demanda de los árboles que necesitan para su parcela, hasta la recolección de microorganismos de montaña les damos ese apoyo”, agregó.

Sobre los “organismos de montaña”, Erasmo Castaneda recalcó que es la materia prima para la preparación del bokashi, que se encuentran en la hojarasca, y se prepara en un proceso de 60 días, para utilizarlos de bono, y que 300 libras de hojarasca de montaña produce una cantidad más grande de abono.

“La hojarasca de montaña no tiene ningún mal olor. Esta hojarasca de bosque virgen y puro, se le mezcla melaza y se pone a fermentar aquí con un quintal de afrecho, esto produce 10 millones de bacterias de hongos y bacterias benéficos de esta reserva natural.

El Programa Trinacional de Diversificación Productiva enfoca su trabajo en tecnologías de reproducción y manejo de aves; profilaxis aviar, manejo de incubadoras, instalaciones avícolas y alimentación como alternativa local, con el fin principal de incorporar la proteína de origen animal en la dieta familiar de los agricultores.

En la parcela de Don Erasmo, la prueba de una buena cosecha de mandarinas ha quedado en unos cuantos arbustos, a lo lejos unas cuantas matas de Flor de Izote en fila dan un colorido especial junto a unas cuantos tallos altos de caña de azúcar.

“Esto es un triunfo, porque el terreno está en ladera y es difícil que la lluvia no lave los suelos, pero con el uso del bokashi y el cuidado de no usar agroquímicos, nos permiten recuperar los suelos al tener mejores condiciones de hongos, bacterias y nutrientes naturales benéficos. Claro, no es un proceso de la noche a la mañana, es un proceso constante y de mediano plazo, que nos permitirá mejorar el suelo, pero esto inicia con un cambio en la actitud que tenemos, para sembrar nuestros cultivos”, explicó.

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