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Acción para recordar el futuro

Caralvá

Fundador

Suplemento Tres mil

 

Recordar el futuro es hacer todo lo posible por un mínimo o máximo cambio que se visualiza imposible en el presente. Esto acontece sobre la materialidad e inicia con una ruptura del axioma que la multitud considera imposible, en otras palabras es la acción contracorriente de innovar sobre esa roca negada como posibilidad, en ella encontramos figuras gigantescas, usualmente llamados locos: Giordano Bruno (Sus teorías cosmológicas superaron el modelo copernicano, pues propuso que el Sol era simplemente una estrella; que el universo había de contener un infinito número de mundos habitados por animales y seres inteligentes. Miembro de la Orden de los Dominicos, propuso en el campo teológico una forma particular de panteísmo, lo cual difería considerablemente de la visión cosmológica sostenida por la Iglesia católica. Además de estos razonamientos, sus afirmaciones teológicas también fueron otra de las causas de su condena, que lo llevaron a ser ejecutado por las autoridades civiles de Roma después de que la Inquisición romana lo encontrara culpable de herejía. Fue quemado en la hoguera. Tras su muerte, su nombre ganó fama considerable, particularmente en el siglo XIX y principios del XX –wikipedia-), Nicolás Copérnico, Isaac Newton, Steve Jobs, los hermanos Wright, etc., imponen una acción posible contra la opinión dominante, esa condición es “recordar el futuro”, porque de alguna forma se inscribe la posibilidad de un futuro construido desde la desesperanza y negación de otro tiempo.

La acción para recordar el futuro tiene diferentes aristas, por ejemplo cuando una persona llena de voluntad apuesta con su vida a un nuevo camino en el que todos transitarán después, como anotó Antoine de Saint-Exupery: “El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va”, por cierto no es exclusivo del hombre, también las mujeres los niños, niñas etc., porque el mundo está repleto de visionarios inconformes con sus destino y no esperan que otros resuelvan sus problemas, porque las opciones son terrestres y la felicidad reside en este planeta. Al recordar algunos de estos personajes de todo nivel, esos hombres o mujeres que luchan contra gigantes, vencen o mueren como los valientes, aunque otros fenecen en sus lechos colmados de la gratitud de sus pueblos, ello nos hace recordar las palabras Sancho Panza dirigidas a Don Quijote en sus últimas horas de vida:

-¡Ay! -respondió Sancho, llorando-: no se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía. Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron; cuanto más, que vuestra merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros, y el que es vencido hoy ser vencedor mañana.

Y la humanidad tiene una inmensa gratitud por esos locos que nos recuerdan el futuro.

 

Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.